Hoy, en cambio, las teorías han dado la vuelta y los nutricionistas recomiendan su ingesta como parte de una dieta equilibrada. Una de las razones que explican estos bruscos cambios de opinión se encuentra en la evolución de las técnicas de estudio. Antes no existían instrumentos que permitieran identificar en los alimentos determinados componentes saludables cuyos efectos anulan o suavizan la acción de otros elementos menos sanos.
Las grasas que contienen las nueces las convirtieron en ‘sospechosas’
Incluso hoy día no se puede afirmar con rotundidad que productos considerados poco recomendables mañana pasen a incorporarse a una dieta sana y equilibrada. De momento, algunos afortunados ya lo han conseguido, como es el caso del huevo, que según los últimos estudios se puede consumir sin problemas todos los días siempre que sea una unidad.
El principal mal que se le atribuía era incrementar el nivel de colesterol, cuando en realidad esta reacción se produce por una serie de condicionantes que en su conjunto la producen, entre los que se encuentra una dieta contemplada en su totalidad, la predisposición genética y un estilo de vida sedentario.
El huevo tiene un alto valor alimenticio, con abundancia de nutrientes, lecitina, proteínas minerales y vitaminas. Estos tres últimos elementos también están muy presentes en la carne de cerdo, antes denostada por su supuesta abundancia de grasas que, en principio, provocaba problemas cardiovasculares.
Los últimos estudios no solo desmienten este extremo, sino que recomiendan consumirla a toda la población por sus excelentes cualidades nutricionales. Su carne es muy magra, aporta saludables grasas monoinsaturadas y es una gran fuente de ácidos grasos omega 3 junto con el pescado azul.
Otro producto con mala fama inmerecida es el café, siempre que se tome con medida. Aunque se prohibía para enfermos del corazón, su riqueza en antioxidantes es buena para el sistema cardiovascular, para el hígado y para el dolor de cabeza. Estos elementos, además, protegen al organismo de la oxidación celular.
Diversidad de alimentos
Las nueces, que por tener grasas eran desaconsejadas, ahora son beneficiosas porque esas grasas son buenas. Es cierto que el azúcar aporta calorías, pero también glucosa que favorece la concentración. La leche contenía lactosa, un poderoso enemigo para problemas con digestiones pesadas que ahora se ha comprobado incierto.
El chocolate o el vino tinto son otros ejemplos de que a medida que avanza la ciencia se desmienten algunos mitos, y que ningún alimento es bueno o malo, sino la cantidad que comemos, su calidad y la variedad de nuestra dieta.