La toronja es una fruta llena de beneficios, pero cuyo origen no está muy definido. La hipótesis que más fuerza tiene sobre su origen es que se debe a un cruce espontáneo entre un naranjo y un pomelero. Esto explicaría el porqué de la forma de esta exótica fruta.
Las toronjas, entre otros muchos beneficios, ayudan a la estabilización del azúcar en sangre
El consumo de esta fruta es especialmente popular en el continente americano, y es que EE UU es el principal productor de este singular cítrico, por lo que es habitual encontrar este producto en distintos formatos, como los zumos o las mermeladas.
Los beneficios de las toronjas son muchos y suelen estar ligados, especialmente, con las dietas. Al estar compuestos en 90% de agua contienen muy poco azúcar, lo cual resulta ideal para bajar de paso, ya que ayuda a acelerar el metabolismo y a quemar grasa. Además, debido a su mínimo aporte de calorías y a que posee una gran cantidad de fibra, ayuda a reducir a ansiedad que una persona pueda tener por la comida, lo cual es ideal para una dieta.
Pero los beneficios que puede ofrecer esta singular fruta no quedan solo en las dietas y en perder peso, también son grandes aliados para combatir el estreñimiento y problemas del sistema urinario. No obstante, no se debe abusar del consumo de esta fruta, ya que como la mayoría de los vegetales contiene fructosa y su consumo excesivo puede resultar dañino para la saludad.
Otros usos de la toronja
El sabor de la toronja no es agradable para el paladar de todos debido a su acidez, pero el aroma que emite lo hace ideal para la fabricación de aceites. Además, tienen licopenos, propiedades que estimulan la eliminación de toxinas del cuerpo.
Así mismo, aunque no nos guste su sabor, la toronja sirve para hacer desaparecer las oscuras manchas que suelen aparecer en la piel, especialmente en la rodilla y en los codos. ¿Cómo hacerlo? Sencillo, solo hay que cortar una toronja por la mitad, espolvorearla con azúcar y frotarla con la piel. Se aconseja llevar a cabo este procedimiento por la noche, para evitar que el sol produzca justo el efecto contrario y las manchas de la piel acaben oscureciéndose más.