Al contemplarlas parecen aceitunas, tanto por su tamaño como por los colores de su piel, que van desde un veteado verde al pardo o marrón, color que toma cuando está madura. Y la verdad es que, por su tamaño y color puede confundir a muchos.
Otra cosa es cuando se muerde. La piel es un poquitín dura, mejor dicho, es crujiente. Se nota al morder y al masticar. La carne, de color entre verde y amarillento, recuerda ligeramente al sabor de la manzana, incluso su textura es parecida. Tiene un ligero sabor ácido en algunos momentos y, cuanto más madura está, más dulce es.
Su sabor recuerda al de la manzana, tiene un punto ácido y también hueso
Recuerda tanto a la aceituna que también tiene hueso. Por eso es un placer ir sacando toda la carne que está pegada al mismo. Con la azufaifa ocurre como con las pepitas o los cacahuetes, que comes una y no puedes parar. Esta fruta indica el final del verano, el otoño, que es cuando se recoge. Es totalmente estacional y no se suele encontrar durante otros meses –cono ocurre con otras frutas, hortalizas o verduras- porque no está cultivada en invernaderos.
La azufaifa es conocida también como jinjol y el árbol de donde viene crece en los climas cálidos, como Murcia, la zona de Levante…, en el área mediterránea fundamentalmente. Proviene del continente asiático y una de las características de este árbol, del jinjolero, es que aguanta muy bien las temperaturas extremas, tanto de calor como de frío. Tarda en estar a plena producción, aunque los primeros frutos los da a partir de los cinco años.
Los chinos utilizan todo del árbol, desde la corteza al fruto, pasando por las flores. Es debido a sus propiedades medicinales. Incluso la Academia de la Lengua, la RAE, indica que se usaba como medicamente pectoral. Por eso, tanto los asiáticos como en otras culturas han utilizado las partes de este árbol para las afecciones pulmonares, fiebre, catarros… Tiene muchísima vitamina C, mucho más que otras frutas, al igual que vitaminas B1 y B2.
Se suele comer como postre o como aperitivo, dado su tamaño; o para picar en cualquier momento. Su consumo está muy circunscrito a las áreas de cultivo, teniendo un uso muy particular, del propietario de los árboles.
Dulzaina
El aprovechamiento del árbol es total, dado que en las zonas donde crece se utiliza su madera para hacer dulzainas o instrumentos similares. También se suele dejar secar al sol para consumirla posteriormente, incluso hacer mermeladas.