Existen representaciones suyas en los monumentos de los antiguos egipcios. Siempre ha sido muy apreciado, máxime si se contempla su expansión por todo el mundo, ya que está presente desde África a Asia Menor. Los descubridores lo llevaron a América, aunque en aquellos tiempos no tenían los melones el tamaño que tienen en la actualidad. Eran poco más grandes que una manzana.
Al ser 90% agua, el melón tiene un efecto saciante si se come un rato antes de sentarnos en la mesa
Pertenece a la misma familia que el pepino, la calabaza o la sandía, a la familia de las cucurbitáceas. El melón tiene muy pocas calorías, 25 por cada cien gramos, siendo una buena fuente de vitaminas A y C, al igual que minerales como el potasio. Hay muchas variedades y aquí estamos acostumbrados a comprar poco más de un par de ellas (incluyendo el melón francés, redondo y dulce). Están el Moscado, Cantalupo, de Ogen, Casaba, persa… Cambiarán su presencia exterior, y su tamaño, pero todos son dulces y jugosos. El 90% es agua, por lo que tiene un poder saciante considerable. Es decir, que si comemos una rodaja de melón media hora antes de sentarnos en la mesa, tomaremos menos alimentos.
Alejandro Dumas (1802-1870) dejó escrito que, según algunos gastrónomos,“el melón para que pueda digerirse hay que tomarlo con sal y pimienta y beber tras ello medio vaso de Madeira”. Lo que son las cosas, en sus textos se refería también al melón cocomero que tomaban en Nápoles, que en realidad era una sandía, pero en Francia no la conocía: “Su carne es roja y tiene pepitas negras, pero en realidad no tiene ninguna consistencia; se trata de agua petrificada”.
¿A la noche mata?
Hay un antiguo refrán sobre el melón: “A la mañana oro, al mediodía plata y a la noche mata”. Pero la gran mayoría de los nutricionistas señalan que no tiene ninguna base científica. Si una toma melón u otra fruta después de una cena copiosa y tiene problemas de digestión, los problemas están causados por la abundancia de la cena, no por la fruta. Suele fermentar pronto en el estómago, pero para evitarlo, basta consumirlo antes de acostarse (al igual que el resto de alimentos).