Aunque pueda parecer una nimiedad, limpiar el tupper parece a menudo una tarea imposible. Los materiales con los que se elaboran los tuppers, a menudo de cristal o plástico, son perfectos para que la suciedad patine y quitar los restos de comida fácilmente, pero limpiarlos a fondo y deshacerse de la grasa no es tan sencillo.
Todos hemos sentido alguna vez esa sensación de suciedad al pasar el dedo por un tupper recién lavado y hemos comprobado con desconcierto que la limpieza no ha sido tan efectiva como esperábamos. La grasa de los alimentos y las salsas son las peores enemigas de los tuppers, ya que se quedan adheridas y resulta muy difícil deshacerse de ellas.
Aunque no resulte especialmente efectivo, es muy importante limpiar el tupper nada más terminar de comer. Al menos una rápida pasada con jabón y agua, y si estamos en la playa, aunque sea con agua. Esto evitará que los restos penetren más en el plástico al resecarse y el tupper vaya cogiendo olores.
En cuanto al estropajo o paño a utilizar hay que tener cuidado. Puede parecer contradictorio, pero si utilizamos el clásico nanas o estropajo de hierro el plástico se raya, por lo que en vez de limpiarlo en profundidad lo que estamos haciendo es propiciar una penetración futura de la comida en el plástico. Además esta clase de estropajo no quita bien la grasa, lo mejor es utilizar la parte amarilla de los estropajos bicolor, o una bayeta.
Al llegar a casa es importante repetir el lavado de agua y jabón, con agua caliente. Si los olores persisten y la grasa no se va, un buen truco es llenar el tupper de vinagre blanco y dejarlo actuar durante 3 minutos. Y después, volver a enjuagarlo con agua y jabón.
Cuando se limpia un tupper, se puede eliminar la persistente grasa con vinagre blanco o una solución de bicarbonato
En el caso de persistir la suciedad y el olor, se puede optar también por limpiarlo con bicarbonato de soda. Basta con mezclar una pizca de bicarbonato con agua tibia y untar la mezcla por todo el tupper. Dejarlo reposar durante un día y enjuagarlo con agua y jabón.
Cuando guardes los tupper...
El mantenimiento durante el tiempo que no los vayamos a utilizar también es importante. Hay otra forma de evitar que los olores se apoderen de un tupper, y es rellenarlos con un poco de sal. De esta forma la sal absorberá los olores y protegerá el tupper de la humedad.
Airear los tuppers y abrirlos de vez en cuando no es mala idea. Además, ponerlos un rato al sol contribuirá también a deshacerse de los olores.
Estos consejos te ayudarán a alargar la vida de tus tuppers, aunque siempre acaban teniendo una fecha de caducidad. Por lo que si apuestas por los tuppers de plástico, que duran bastante menos que los de cristal, a pesar de ser más ligeros y resistentes a los golpes, deberás renovarlos de vez en cuando.