Fritura perfecta

Una fritura perfecta es posible si atendemos a ciertos detalles [Foto: diariovasco.com]

Técnicas

Algunos trucos para una fritura perfecta

Conseguir una fritura perfecta es posible con un poco de cuidado y teniendo en cuenta ciertos detalles

diariovasco.com | 07/03/2017 |

Para obtener una fritura perfecta no es necesario ser una gran maestro de los fogones, sino que lo único que hace falta es tener un poco de cuidado, ya que en la cocina el mimo puesto en las preparaciones se nota mucho.

Para conseguir la fritura perfecta hay que secar el alimento antes de empanarlo

La temperatura del aceite es, sin duda, lo más importante cuando buscamos obtener una fritura perfecta. Lo primero es esperar a que el aceite esté a la temperatura adecuada para conseguir el efecto crujiente y tostado deseado.

Para asegurarnos de que es así, un truco es introducir un pedacito de pan o en su defecto un diente de ajo, que además aportará un buen aroma a la preparación. Si echamos la pieza cuando el aceite no está lo suficientemente caliente corremos el riesgo de que en lugar de freírse al instante se cree un efecto esponja, absorbiendo el aceite y estropeando el pollo, pescado, verdura o lo que queramos freír.

Una vez listo el frito, y para evitar que nuestra preparación desprenda un exceso de aceite, antes de servir la comida prepara un plato cubierto por papel de cocina o servilletas de papel para que absorba el aceite que desprende la fritura.

Ten en cuenta el alimento

Para conseguir una fritura perfecta es importante también considerar las características del alimento a preparar. Su grosor, contenido de agua y consistencia son factores que condicionarán mucho el método a utilizar.

Por ello, si es un alimento húmedo que desprende agua, como puede ser el pescado, asegúrate de secarlo bien previamente con papel de cocina, y si va empanado, incluye harina en su exterior para que ayude a absorber también el agua.

Si con estos trucos no ha sido suficiente y el pescado suelta agua, dando lugar a salpicones; echa una pizca de sal en el aceite, ya que éste absorberá el agua.

En cuanto a la temperatura del aceite, aunque tenga que estar muy caliente, también debemos asegurarnos de que la pieza se cocine bien, por lo que si tenemos, por ejemplo, una pechuga de pollo algo gruesa, nos conviene alargar un poco el tiempo de calor introduciéndola cuando el aceite comienza a estar caliente, a una temperatura de unos 140º.