Sazonar los platos con perejil es todo un acierto. La gran virtud del perejil es que se trata de una planta muy versátil, que casa a la perfección con todo tipo de salsas y aporta una personalidad única a cada una de ellas.
Sazonar con perejil fresco es lo más habitual, pero también podemos encontrarlo seco a modo de especia
Reflejo de ese carácter tan especial que da a cada plato es precisamente la expresión que es utilizada para referirse a aquellas personas ‘protagonistas’ o que buscan estar metidos en todo los asuntos: “Ser el perejil de todas las salsas”.
Originaria del Mediterráneo, el perejil es una planta de hojas dulces con un toque anisado. Y aparte de ser muy valorado por su aporte a los platos, representa una buena fuente de vitamina C y es un buen desinfectante intestinal.
A la hora de incluirlo en las recetas, se puede optar por varias alternativas. Normalmente es adquirido en ramilletes y en formato fresco. De hecho se suele regalar con el pescado fresco.
Sazonar con perejil fresco es lo más habitual. Se incluye en crudo, picando las hojas y espolvoreándolo sobre la preparación. Otra opción es pasarlo por la sartén con un poco de aceite muy caliente, para añadirlo frito, aportando así una textura crujiente, o añadirlo como parte del clásico sofrito de ajos, muy común como acompañamiento de carnes y pescados.
Las salsas y tortillas con perejil suelen ser preparadas también con el perejil fresco, otorgándole así un papel protagonista en la preparación. A su vez, es muy utilizado a modo de decoración, coronando recetas o en el borde del plato.
También seco en tarro
Aunque si preferimos tenerlo siempre a mano para incluirlo en cualquier momento a nuestras preparaciones, lo podemos adquirir seco y picado, en la sección de tarros de especias. Sazonar con perejil de tarro es muy cómodo, ya que permite condimentar carnes, pescados, pollo o cualquier fritura o asado teniéndolo siempre a mano y sin preocuparnos por si se pasa.