Es evidente que el boom que supuso el gin tonic en nuestro país es difícilmente repetible dada su rápida expansión a todos los niveles de la sociedad. Sin embargo, en los últimos tiempos hemos comprobado cómo otra bebida de similares características ha sabido encontrar su espacio en el sector. Nos referimos al vodka tonic.
El vodka es la bebida perfecta para disfrutar de todos los toppings que añada el coctelero
Pese a mantener una apariencia similar, las características del vodka convierten a esta bebida destilada en el elemento perfecto para un buen combinado. Por un lado, nos encontramos con que carece de olor, con lo que nos alejamos del problema habitual que suele desprender la ginebra.
Otro de los aspectos importantes es su sabor neutro, lo que potencia todos los elementos añadidos a nuestro cóctel. Como bien sabemos, cada coctelero realiza este tipo de combinados con un estilo muy particular y, en este caso, el vodka nos da la opción de disfrutar de cada uno de esos “toppings”. Y, por último, el vodka es el destilado que menos resaca da, lo que supone una gran liberación para muchos, especialmente para aquellos que abusan de esta bebida.
¿Cómo preparar el Vodka Tonic perfecto?
Lo primero que tenemos que seleccionar es el vaso adecuado. En Euskadi estamos acostumbrados a utilizar el clásico vaso de sidra para muchos combinados o, en su defecto, las “copas balón”. Sin embargo, y de manera muy particular, es recomendable que en esta ocasión os decidáis por un “highball glass”. A continuación, rellenamos el vaso de hielo (lo normal sería introducir 7 cubos) y removemos con una cuchara para que la copa se enfríe. En caso de que desprenda agua, la vaciamos.
Ya con el vaso preparado añadiremos 4-5 centilitros de vodka Premium acompañado de una tónica. Ahí los gustos son muy variados y hoy en día es amplísima la gama de vodkas y de tónicas que podemos encontrar en cualquier bar o supermercado. Una vez elegida nuestra combinación perfecta, no queda más que disfrutar de ella. ¡Salud!