Existen diversos trucos que podemos realizar con el congelador, que además de ayudarnos a conservar la comida pueden hacer la tarea de cocinar mucho más sencilla y práctica.

Un buen truco es congelar las legumbres ya cocidas para no tener que ponerlas a remojo la noche anterior

En el caso de la mantequilla, por ejemplo, no se suele congelar aunque es una gran idea. Hay quienes recurren mucho a este producto a la hora de cocinar y quienes simplemente la tienen en la puerta de la nevera para utilizarla de vez en cuando, y la realidad es que si no se usa a menudo, aunque aguante bastante tiempo, la mantequilla tiende a pasarse.

Si el segundo ejemplo es tu caso, lo mejor es optar por congelarla. Puedes pensar que será más difícil de untar en el momento de aplicarla, por lo que un buen truco es rallarla, lo que la hará más sencilla de esparcir y nos ayudará a utilizar solo la cantidad exacta que queramos.

Pero además de congelar también nos puede ayudar a ser más prácticos en la cocina. ¿Te habías planteado congelar legumbres cocidas? Es recomendable consumir legumbres tres veces por semana, aunque resulta un engorro tener que poner a remojo los garbanzos, lentejas o similares cada noche anterior a  cocinarlos.

Un buen truco es cocer las legumbres, escurrirlas y congelarlas en una bolsa de alimentación. A la hora de querer comer un buen cocido o salteado bastará con introducir la bolsa en agua caliente alrededor de un cuarto de hora para descongelarla y tendremos  las legumbres listas para cocinar.

Y si queremos echar un poco de cebolla a ese guiso pero tememos el momento de picar la pieza y que nuestros ojos comiencen a llorar, un buen truco para que el azufre de la cebolla no nos afecte es meterla al congelador unos pocos minutos antes de cortarla.

Antes de utilizar el congelador…

Si vas a seguir cualquiera de estos consejos, o simplemente vas a congelar alimentos para conservarlos, es recomendable siempre envolver bien los alimentos en bolsas especiales para ello, tuppers o papel de film.

Además, no es bueno romper la cadena de frío, por lo que una vez congelado un alimento no se puede volver a congelar. Para evitar esto lo mejor es congelar los alimentos en las porciones o cantidades que las vayamos a consumir.