El trash cooking es el arte de convertir las sobras de nuestras comidas o cenas en deliciosos e imaginativos bocados. Sin embargo, hay otras consecuencias positivas como la vuelta a la cocina de nuestras abuelas, que lo aprovechaban todo, con el consiguiente ahorro y la eliminación del abusivo despilfarro de comida.
Trash cooking es, por ejemplo, aprovechar las pieles de los asados con un tempura ligera y freírlas
Recuperar la preocupación por no llenar la basura de restos de comida tiene ahora un nombre más moderno, el trash cooking, aunque su práctica nos retrotrae a tiempos pasados en los que la dificultad para alimentar a las familias incrementó la imaginación de las personas responsables de la cocina.
Su práctica es muy sencilla y nadie sospechará que come restos. La peladura de los calabacines puede cortarse en finas tiras que se saltean con ajo, aceite de oliva y sal y sirven como un buen acompañante de platos de pescado.
Tampoco hay que tirar los tallos de acelgas y espinacas que, una vez bien lavados, se pueden hervir con sal y unas gotas de limón para que no se ennegrezcan, para después refrescarlas y aliñarlas con aceite de oliva, sal y pimentón.
Las peladuras de cítricos son muy útiles para caramelizar, deshidratar y aromatizar azúcar, mientras que el leñoso corazón de la piña se ablanda al cocinarlo y puede servir como aderezo en ensaladas. Las peladuras de la patata nueva bien limpias, por su parte, se pueden freír en abundante aceite caliente para obtener unas originales patatas chips.
Los segundos platos son muy dados a generar sobras muy utilizables. Por ejemplo, las pieles de las aves se pueden preparar en tempura ligera y freírlas, para que queden crujientes como cortezas de aperitivo. Las de cerdo tostadas y trituradas dan lugar a un polvo aromático para mezclar con el pan rallado.
Otro desperdicio que tiene un gran uso es la carne pegada al hueso. Eso sí, requerirá de nuestra paciencia para ir retirándola y luego cortarla finamente. Ya tenemos la base de un sabroso salteado de carne que servirá de relleno para pimientos o lasaña, o de acompañante al arroz.
Trash cooking para el pescado
Un uso más generalizado y conocido tienen las espinas y la cabeza de pescado, que en muchas casas se utiliza para cocinar exquisitos caldos. Lo que quizá está menos extendido es freír la espina de los pescados pequeños como anchoas o sardinillas, que posteriormente presentaremos como una crujiente tapa.
Estos ejemplos no son más que una pequeña muestra de lo que se puede hacer con los restos de la comida en lugar de tirarlos a la basura, y seguro que si ponemos un poco de imaginación reduciremos mucho nuestros desperdicios y nuestra conciencia estará más tranquila.