Sales aromatizas

Las sales aromatizadas, un recurso muy utilizado para potenciar sabores [Foto: diariovasco.com]

Un aderezo diferente

Dale un toque a tu cocina con sales aromatizadas caseras

De las sales aromáticas de un relajante baño, a las sales aromatizadas en nuestra cocina. La sal cobra todavía más fuerza en nuestros platos y da un salto pasando de resaltar el sabor de los ingredientes a representar un propio ingrediente más.

diariovasco.com | 17/06/2016 |

Elaborar sales aromatizadas caseras es muy sencillo. Las sales aromatizadas pueden convertirse en un gran aliado a la hora de dar personalidad a nuestros platos sin necesidad de grandes florituras ni ingredientes exóticos. La preparación de sales aromatizada caseras es muy sencilla y brinda multitud de combinaciones posibles.

Para elaborar sales aromatizadas caseras solo hace falta rayar el ingrediente elegido, dejarlo secar y mezclarlo bien con la sal

Este aderezo presenta varias ventajas frente a la sal más común, y es que gracias a la fuerza que cobra la propia sal, no hace falta echar demasiada cantidad al plato. Por lo que aparte además de obtener un resultado diferente, la receta es mucho más sana. Además nos brinda la oportunidad de aprovechar frutas u otros alimentos ya algo secos, o utilizar su piel en vez de tirarla.

Una de las sales más populares es la sal de cítricos. Este condimento casa a la perfección con carnes, pescados, mariscos y cualquier plato al que queramos aportar un toque de frescura, como puede ser una ensalada. Los toques de color y aromas que desprenden los cítricos son gran un acierto para esta época del año.

Lo bueno de preparar las sales aromatizadas de forma casera es que podemos conseguir la intensidad que queramos. Se pueden adquirir también en cualquier supermercado, aunque hay varias formas sencillas de preparar sales aromatizadas caseras, y conseguir un gran resultado.

Elaboración casera

Se puede utilizar cualquier tipo de sal, sal fina, sal gorda, flor de sal, sal ahumada, sal negra… para la elaboración de la sal de cítricos. Solo hay que seguir dos sencillos pasos.

Primero hay que rallar la piel de los cítricos que queramos incluir, limón, lima o naranja por ejemplo, y dejarla secar. Para acelerar este proceso se puede probar también dándole un golpe de calor con el microondas o un soplete de cocina. Una vez seca solo tenemos que mezclar bien las ralladuras con la sal. Hay que tener cuidado de no llegar a la parte blanca de la piel, la que separa la fruta de la piel, ya que esta es muy amarga y estropearía el sabor.

En épocas de frío, con potajes y platos más pesados, una gran opción es la sal con especias. Gracias a la gran oferta que podemos encontrar podremos hacer diversas combinaciones dependiendo del plato y del gusto de cada uno. Para los más atrevidos existen versiones más arriesgadas en las que se puede incluir pimiento seco, chile o café.

La clave para que luzca como protagonistas en nuestro plato es añadirla una vez finalizado el plato o  justo al final de la preparación, para que no pierda aroma ni color.