La mejor leche en la infancia es la de vaca, por delante de la de soja o almendra. Al menos así lo afirma la Asociación Española de Pediatría, que además de recordar la importancia que tiene el consumo de leche y sus derivados en el desarrollo óseo durante los primeros años de vida, concluye que las leches de soja o almendra u otras bebidas vegetales no tienen las mismas nutrientes que la leche de vaca.
La leche de vaca es la mejor en la infancia por su contenido proteico, de minerales y de vitaminas
Esta asociación de pediatría estatal ha elaborado junto con la Fundación Española de Nutrición (FEN) y la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) un decálogo sobre la ‘Importancia de la leche en la etapa infantil’.
Una de las conclusiones a las que llegan es que la leche de vaca no puede compararse ni en su contenido proteico ni en el de minerales y vitaminas con las bebidas vegetales conocidas como leche de soja o leche de almendras. Ese error podría estar en el hecho de tomar decisiones en base a fuentes de información que no se basan en el conocimiento científico.
Además, si por cualquier motivo se quisiera sustituir la leche de vaca por otra fuente de calcio y fósforo, entre otros muchos nutrientes, desde esta asociación recomiendan consultarlo con el pediatra para evitar déficits en la alimentación del niño.
Otro de los puntos más interesantes de este decálogo reside en la importancia que los pediatras dan al hecho de que durante la infancia la leche sea entera y tomar entre dos y tres raciones diarias de leche o derivados, como pueden ser yogur o queso, a partir de los 12 meses. Estos derivados aportan también proteínas de alto valor biológico y facilita alcanzar las ingestas de ciertas vitaminas (A y B, y si está enriquecida, D) y minerales.
La obesidad infantil preocupa
Los especialistas han puesto también su foco en el problema que supone el sobrepeso y la obesidad infantil, que en España afecta ya al 40% de los niños. Más concretamente, el 15% padece obesidad y el 25% sobrepeso.
Los pediatras apuestan en este caso por implicar a los niños en su propia alimentación, explicándoles de dónde vienen los alimentos, cómo se hace una compra sana e incluso cómo pueden cocinarse.