La tarta de manzana y la Tatin de manzana son dos tartas que no pasa de moda. Año tras año nos las podemos encontrar en las estanterías de las pastelerías, en las cartas de los restaurantes, en las casas de los amigos, en nuestras propias casas… La primera de ellas, la tarta de manzana, lleva siglos en nuestras mesas debido a esa combinación de sabores, desde el ligeramente agrio al dulce, al igual que sus diferentes texturas.
La diferencia principal entre la tarta y la Tatin es que en el segundo caso se pasan por la sartén las manzanas
Se considera que la tarta de manzana procede del Centro de Europa, por lo que hay diferentes variantes. El mundo anglosajón tiene el “Apple pie” que extendió a todas sus colonias siglos atrás y que dio pie a uno de los postres míticos de los Estados Unidos, como es el “American Apple Pie”. La diferencia principal con la tarta de manzana que nosotros solemos elaborar es que ellos la cubren, le ponen masa quebrada por encima. Así, las manzanas son el relleno.
En lo que coincide todo el mundo es en utilizar manzanas que tengan un sabor un tanto fuerte, ácido, para que aguanten la acción del horno y no queden difuminadas por el azúcar y especias como la canela.
La manzana Reineta o la “Granny Smith” son dos de las más utilizadas, aunque en esto, como en otros platos, los gustos particulares mandan, lo mismo que la receta para hacerla en cada casa puede no coincidir.
Siendo sus elementos principales la manzana, el azúcar, la harina, alguna grasa y luego canela o limón u otros ingredientes, se suele hacer habitualmente con masa quebrada para el fondo, pero también hay una variante que gusta mucho y que es con hojaldre fino.
La receta aparece en un libro inglés de cocina “The Forme of Cury”, editado, parece ser a finales del siglo XIV, en la época del rey Ricardo II, con el nombre de “Tartys in applis”. En cada país tiene su nombre. En Francia aparece en 1651 en el libro “El cocinero francés” de François Pierre La Varenne con el nombre de Torta.
Diferencia entre tarta y Tatin de manzana
La Tarta Tatin de manzana es una variante un tanto sorprendente, cuya diferencia fundamental es que las manzanas se pasan primero por mantequilla en la sartén, tomando un poco de color dorado además del sabor. Y una vez moldeada la tarta, se introduce en el horno al revés, es decir, con las manzanas hacia abajo.
Cuenta la leyenda que esta receta nació en el hotel Tatin situado en Lamotte-Beuvron, en el Valle del Loira, en la época de la Belle Époque. Las hermanas Stéphanie y Caroline lo regentaban. Un despiste de la primera hizo que las manzanas se doraran más de la cuenta. Para no desperdiciarlas le puso la masa por encima. El resultado sorprendió y tuvo muchísimo éxito.