Utilizar el pan correcto para acompañar cada plato o alimento es todo un arte, ya que saber qué tipo se debe utilizar con cada sabor y textura está mucho más estudiado de lo que parece. Presente en cada comida y mesa, ubicado en la base de la pirámide alimenticia, prohibido en muchas dietas, y alimento de la perdición de muchos, el pan ofrece una amplia gama de modalidades por las que cada persona se decanta sin tener en cuenta el objetivo con el que se ha creado.
Los aromas y texturas del pan y el acompañamiento son determinantes para saber qué tipo de pan escoger
El sabor, la consistencia y textura, o incluso la presentación del plato, son elementos a tener en cuenta a la hora de escoger el pan para cada ocasión. De hecho, hay principios básicos que ya muchos conocen, por ejemplo, si se trata de un plato con salsa es lógico que lo más recomendable será optar por un pan con miga, pero si lo que queremos hacer es un bocadillo, necesitaremos un pan de corteza dura que soporte el peso de los alimentos.
Pero el sabor también es importante. Hay panes con más sabor y otros con menos, por lo que hay que tener en cuenta el sabor del alimento o plato con el que se pretende combinar. En el caso de tratarse de un pan sabroso y con personalidad, lo mejor es optar por acompañarlo con quesos poco curados y embutidos de aromas suaves. Pero si lo que buscamos es un pan para untar o acompañar una comida sabrosa, es mejor decantarse por un pan que no enmascare los sabores de la comida, como un pan blanco sin semillas ni aromas.
Hay combinaciones que están más claras
Hay tipos de pan que siempre han ido ligado a ciertos alimentos, como es el caso de los picos de pan blanco que acostumbran a acompañar en bares y restaurantes a ibéricos y quesos con personalidad. En cuanto a panes con más sabor como es el caso del pan con centeno, resulta ideal para alimentos con aromas ahumados. Los panes de maíz, por su parte, dado su carácter dulce, son el compañero ideal de desayunos y postres como el membrillo.
Y si hablamos de platos más elaborados y concretos, la hogaza encaja a las mil maravillas con carnes asadas, el pan integral con las sopas y el pan payés con arroces.