Con la llegada de la primavera también llega el momento de recoger las habas, esas leguminosas que crecen en su vaina y que tan apreciadas son en la cocina, tanto tiernas como secas. Y es que las semillas más tiernas se pueden comer con sus vainas, rehogadas, en revueltos, en los sofritos de arroz, etc. Luego se van granando y se pueden cocer un poco antes de utilizar, o preparar estofadas, en menestra... y ya en invierno, secas, como legumbre. Incluso se emplea como planta forrajera para los animales.
El haba, una planta con tantas utilidades culinarias y con unas cualidades nutritivas muy a tener en cuenta, no parece a priori una candidata a protagonizar dichos negativos, pero lo cierto es que a lo largo de la historia, y en diferentes culturas, no ha sido precisamente bien vista, una tradición que ha llegado hasta nuestros días. Recordemos las roscas y roscones de Reyes, que suelen llevar una o dos sorpresas. Una solía ser una moneda o regalo favorable, y la otra habitualmente desfavorable que obliga a pagar el roscón consiste generalmente en una semilla de haaba, una tradición que dio lugar a la expresión despectiva 'tontolaba' por contracción de 'tonto del haba'.
Las habas cuentan con muchas propiedades culinarias y nutritivas, pero a lo largo de la historia han tenido un componente negativo
Por su parte, la expresión 'habas contadas' se emplea cuando quieren decir que hay poca cantidad de algo o cuando aseguran que una afirmación está muy clara y no hay posible discusión sobre ella. Su origen se remonta a una ancestral costumbre que se practicaba tanto en ámbitos institucionales como en los religiosos y privados. Entonces, las votaciones se realizaban con habas, y de esta manera los partidarios de tomar una determinada decisión ponían un haba blanca, mientras los contrarios utilizaban una negra.
El haba, en el Antiguo Testamento
Como se puede comprobar, son varias las frases y dichos populares relacionadas con esta semilla, pero aún hay más, también con connotaciones negativas. 'Eres más tonto que la mata del haba' hace referencia a una historia del Antiguo Testamento, ‘Jesé y la mata de Habásh’. Según cuenta la historia, Jesé preguntó acerca de su descendencia a esta mata, a la que se le atribuían capacidades adivinatorias.
Los vástagos tardaban en llegar tras diez años de matrimonio con Bestabé, y Jesé estaba desesperado. A estas que la mata predijo que Jesé y Betsabé no tendrían nunca descendencia, pero, para sorpresa de todos y a los nueve meses de recibir semejante noticia, Betsabé dio a luz a cinco hijos: Lem, Caf, Yoal, Micael y Arnaí. Ante semejante error, el Sanedrín decidió que el poder de la mata se había agotado y decidió arrancarla y quemarla. Desde entonces la expresión ‘más tonto que la mata de Habásh’ comenzó a circular en Galilea, extendiéndose posteriormente por todo el Mediterráneo.