Sin ser muy conocido, hace escasos años se incorporó uno nuevo a la larga lista, la leche de yegua. Aunque en principio pudiera no parecer demasiado atractiva, la leche de equino presenta unas propiedades terapéuticas y preventivas que han sido avaladas por equipos médicos.
Es la leche más parecida a la materna, con todo lo que necesita un cuerpo sano
La idea de apostar por este producto surgió hace cinco años. El promotor de la asociación catalana Equaid que provee esta leche, JustiGusi, es su principal defensor por haber experimentado en su propio cuerpo los efectos positivos. Según relata, estuvo a punto de morir por culpa de una cirrosis aguda inoperable. Decidió informarse sobre las alternativas terapéuticas que tenía cuando se encontró con la leche de yegua. Tras consumirla periódicamente, el mes de vida que le dieron se ha alargado seis años de momento.
Gusi no está solo en su defensa del producto. Le apoyan médicos de centros hospitalarios catalanes de reconocido prestigio, que consideran la leche de yegua como un alimento beneficioso.
Este producto es el más parecido a la leche materna y proporciona todos los elementos que necesita el cuerpo para funcionar bien y estar sano. Todo tipo de personas pueden consumirlo, pero se encuentra especialmente indicado para un colectivo específico de patologías.
La leche de yegua ayuda a mejorar las defensas en pacientes con cáncer, Crohn, colesterol, soriasis, depresión y anemia. También contribuye a la regeneración de la flora intestinal y está indicada para aliviar problemas como la gastritis, la hiper o hiposecreción gástrica, la pancreatitis o las úlceras.
Mejora del estado general
Su positivo efecto se comprueba también en casos de trastornos nerviosos debidos al estrés, y retrasa el envejecimiento precoz al tiempo que estimula el sistema inmunitario. Es un efectivo alimento preventivo y afecta directamente a los neurotransmisores, por lo que devuelve la vitalidad y equilibra nuestro organismo.
Eso sí, no es un producto que se pueda consumir en ingentes cantidades, ni siquiera como si fuera la habitual leche de vaca. En este caso, hay que consumir una muy pequeña cantidad, suficiente para que disfrutemos de sus efectos. Además, al no poder lograr muchos litros de cada yegua, su adquisición suele ser en polvo y congelada.