La investigación se ha desarrollado por un grupo de científicos australianos en la Universidad de Nueva Gales del Sur. El objetivo era analizar de qué manera la llamada comida basura podía influir en nuestra capacidad de retener los acontecimientos y datos.
Para ello, utilizaron unos ratones que dividieron en dos grupos. Al primero de ellos se le suministró una dieta basada en productos saludables, mientras que al segundo se le alimentó con un menú rico en azúcares y grasas, presentes de manera habitual en las cartas de los restaurantes de comida basura.
Una alimentación saludable se puede traducir en una mejor memoria
Ambos grupos fueron sometidos a un seguimiento diario para comprobar los efectos de sus respectivas comidas. Los investigadores descubrieron que en tan solo seis días los ratones que habían consumido los azúcares y grasas presentaban un deterioro de la memoria.
Este grupo, además, mostraba una región del cerebro inflamada. Precisamente la zona llamada hipocampo, que se encuentra implicada en la formación y almacenamiento de la memoria, y una de las primeras afectadas por el Alzheimer.
Los responsables del estudio han advertido de que no pueden afirmar taxativamente y de momento que esta reacción también se produzca en los seres humanos, ante la falta de pruebas realizadas.
Sin embargo, ya han comenzado a experimentar con personas que se han presentado voluntarias, y los resultados siguen el mismo camino. Según estas pruebas preliminares, los sometidos al estudio presentan pérdida de funciones ejecutivas al cabo de cinco días.
Mejora de la memoria
En relación con este estudio, la nutricionista Manny Noakes también ha observado durante su trayectoria profesional una clara relación entre la alimentación y la memoria. Según ha afirmado, una dieta y un estilo de vida basados en el consumo de alimentos saludables para las personas que van avanzando en edad pueden demostrar mejoras reales en la memoria.
En conclusión, aunque la comida basura nos resulta rápida, económica y apetecible, hemos de pararnos a analizar sus consecuencias negativas para nuestra memoria.