Enero no es un mes muy frutal, pero destaca por originalidad la carambola, también denominada fruta estrella por su forma. Este producto, muy cotizado en los mercados internacionales, se ha cultivado originariamente en Indonesia y Malasia, aunque su buena aceptación ha extendido estos cultivos a otros países de Asia y América como Tailandia, Brasil y Colombia.
Tiene una piel fina y lustrosa, con un color entre verde y dorado y una pulpa crujiente y de color amarillo. Para comprobar que la carambola está madura, nos fijaremos en los cantos. Si éstos están algo oscurecidos, quiere decir que la fruta está madura.
En el momento de consumirla, que puede hacerse con la piel, nos deleitará su particular sabor dulce y nos enriquecerá con su modesta aportación de betacaroteno, vitamina C, potasio y fibra soluble, ésta última abundante en su pulpa. Además de este fruto, enero es un buen mes para consumir piña, limón, pera conferencia y arándano rojo.
Otro alimento que no es tan conocido por los consumidores y que adquiere todo su potencial este mes es la liba o eglefino. En ocasiones se comercializa como bacalao, aunque su calidad es algo inferior a este pescado. Para asegurarnos de lo que compramos, es útil saber que el eglefino posee una mancha negra debajo de la línea lateral de la que el bacalao carece.
Piña, limón, pera conferencia o arándanos rojos también están en apogeo en esta época del año
Es un pescado propio del mar Cantábrico y del océano Atlántico aunque no es fácil encontrarlo entero en las pescaderías, ya que lo habitual es que se venda limpio y en filetes. La liba es un pescado blanco con carne de sabor suave, muy nutritivo y con escaso contenido en grasas.
Preparación variada
Por todo ello y por la facilidad que ofrece a sacar filetes o lomos sin espinas, es un pescado que se puede cocinar de la misma forma que la merluza o la pescadilla en salsa verde, a la plancha, espolvoreado con ajo, perejil, limón y pan rallado y asado al horno o al microondas. Los aficionados a consumir con regularidad pescado también tienen ocasión de aprovechar al máximo otras especies propias de la temporada, como la lubina, el salmón y las gambas.
Enero dedica también otro apartado a la dieta sana con vegetales y verduras como la berza o repollo, el apio, las espinacas y la zanahoria. Los dátiles y la achicoria son otros productos típicos del mes, junto con la selecta trufa, condimento indispensable en platos de altura.