Un plato de sushi

El sushi es engañoso: parece que comemos más pescado que arroz [Foto: diariovasco.com]

Dieta

Algunos alimentos provocan más hambre después de ingerirlos

Aunque resulte paradójico, existen ocasiones en los que hemos degustado una buena comida y, en lugar de encontrarnos saciados por completo, se nos agudiza la sensación de hambre.

diariovasco.com | 09/01/2015 |

Aunque resulte paradójico, existen ocasiones en los que hemos degustado una buena comida y, en lugar de encontrarnos saciados por completo, se nos agudiza la sensación de hambre

Esto es así porque el hambre no es solo cuestión de apetencia, sino que interactúan diversos factores y existen alimentos que por sus características no consiguen hacer desaparecer esta necesidad. Es el caso del pan blanco. Este producto se elabora con harina refinada y sin cáscara en un proceso que le quita mucho contenido de fibra. La ausencia de este elemento dificulta que nos sintamos satisfechos tras haberlo ingerido.

Con las pizzas es muy complicado tomar una única porción

Algo similar ocurre con las pastas de harina blanca. Resulta curioso que con media taza cocida de este alimento sea suficiente para saciarnos y, sin embargo, consumimos mayores cantidades y mantenemos el hambre.

La razón se encuentra en que la fuerte aportación de carbohidratos simples influye en el páncreas, que trabaja mucho más para producir insulina en masa. Esta alta insulina en sangre provoca que los niveles de azúcar bajen y surja la sensación de hambre.

Quienes acostumbren a sustituir el azúcar del café por un endulzante artificial también deben tener en cuenta que sus consecuencias pueden ser muy diferentes a las esperadas. Intentar engañar al cerebro haciéndole creer que va a disponer de azúcar cuando no es así hace que no desaparezca la necesidad de ingerir algo dulce durante todo el día, y no es difícil caer en la tentación.

Otros enemigos de encubrir el hambre son los snacks salados, cuyos carbohidratos simples de rápida absorción producen ganas de comer algo dulce después. La necesaria parte salada estará cubierta, pero aún queda saciar el lado dulce.

El sushi también es engañoso. Pensamos que ingerimos mucho pescado, pero en realidad comemos más arroz que otros ingredientes, que es digerido muy rápidamente por el estómago y al poco rato vuelve la sensación de hambre.

Pizzas

La pizza nos pone en un serio reto si pretendemos tomar una sola porción. Al ser una masa de harina refinada, aceites hidrogenados, conservantes y quesos procesados la producción de hormonas que indican saciedad se reduce mucho y al final devoramos la pizza entera.

Por último, y aunque en un principio no lo parece, un almuerzo a base de comida basura no impedirá que al poco tiempo queramos comer más. Las grasas que contiene inflaman el estómago, lo que hace difícil que se produzcan neurotransmisores controladores del apetito y, además, nuestro tracto gastrointestinal absorbe muy rápido alguno de sus componentes, lo que genera una elevación de los niveles de insulina y de la sensación de hambre.