Este alimento se puede presentar de maneras muy variadas, y una de las más normales es cocerlas. En este momento es cuando puede surgir la duda de cortar o cocinar la zanahoria entera. Un estudio realizado en Gran Bretaña da una respuesta científica a este dilema. Los expertos concluyen que la zanahoria ha de cocerse entera, y se basan en explicaciones físicas para fundamentar esta afirmación.

La base se encuentra en que si cocemos la zanahoria troceada, la superficie es mayor y aumentan las posibilidades de que pierda más nutrientes. Los expertos inciden en uno de sus componentes, el falcarinol, como un elemento especialmente beneficioso para nuestro organismo.

Tras ser cocidas, las enteras contienen un 25% más de falcarinol que las troceadas

Según han demostrado, las zanahorias enteras contienen un 25% más de este compuesto tras su cocción que las troceadas. Este vegetal fabrica falcarinol para defenderse de las plagas, y en el cuerpo humano reduce el riesgo de padecer algún tipo de cáncer.

Si cortamos en pedazos la zanahoria, se incrementan las vías de escape que tiene este elemento para poder desprenderse y quedarse en el agua de cocción, por lo que siempre será mejor no ofrecerle esta posibilidad y mantener la hortaliza completa.

El falcarinol no es el único componente positivo de la zanahoria. Además, nos aporta una gran cantidad de vitaminas y minerales, y otros elementos antioxidantes como los carotenos que la convierten en un alimento muy recomendable si queremos llevar una dieta saludable y beneficiarnos de sus propiedades.

Estos nutrientes corren el mismo peligro de perderse durante el proceso de cocción. Al encontrarse en las paredes celulares de la zanahoria, cuando aumenta la superficie en contacto con la fuente de calor se incrementa el número de paredes celulares que se ablandan, con lo que destruye y liberan vitaminas y minerales que se pierden en el agua.

Todos los vegetales

Esta reacción no es exclusiva de esta hortaliza, sino que puede aplicarse al resto de vegetales. Por este motivo, conviene intentar cocerlos en piezas enteras y, si es necesario cortarlos, que los trozos sean lo más grandes posible.

Algunas de las propiedades que se atribuyen a las zanahorias son su poder antioxidante, su capacidad de prevenir la arterioesclerosis y disminuir el colesterol, su efecto controlador del azúcar en la sangre o su contribución a mantener la salud de la piel.