En estas ocasiones, un plato de crepes para compartir resulta una idea diferente que hará las delicias de nuestros compañeros comensales. Aunque existen en el mercado crepes preparados para ser rellenados, merece la pena invertir un poco de tiempo en hacer nosotros mismos la masa. La receta es sencilla, puesto que solo se necesita un huevo, harina, leche, mantequilla y azúcar.

Todos estos ingredientes se han de verter en un recipiente y batirlos con una batidora hasta conseguir una masa uniforme. Lo ideal es colocar esta mezcla en el frigorífico durante dos horas tapada, aunque los que tengan más urgencia pueden eludir este paso.

Después nos valemos de una crepera o sartén plana y antiadherente para cubrirla con una fina capa de mantequilla, y verter sobre ella la masa ya fría. Conseguiremos en diez minutos nuestra propia base de crepes que ahora hay que rellenar con ingredientes dulces propios de desayunos, meriendas o postres.

Si no tiene crepera, será suficiente con una sartén plana y antiadherente

Una buena opción es el chocolate, para lo que utilizaremos unas cuantas onzas calentadas hasta derretirlas. Para aportar un toque más sibarita, podemos añadirle plátano troceado y emularemos a nuestros vecinos franceses. Una variación es el crepe de toffee, que seguro que nos lo agradecerán.

Otras ideas pueden parecer requerir más tiempo y elaboración, cuando en realidad son recetas rápidas y sencillas. Es el caso del relleno preparado con mermelada de frutas como la fresa, los frutos del bosque, la naranja o los higos, a la que añadiremos pepitas de chocolate negro. Si el crepe está caliente, el chocolate se fundirá y añadirá un mayor disfrute.

De muy fácil preparación es también el relleno de chantilly con fresas troceadas, en el que la cantidad de nata que queramos utilizar determinará la presentación del crepe de manera abierta o cerrada.

Queso y membrillo

Para los más tradicionales y amantes de la cocina vasca no hay como picar queso fresco y membrillo para preparar una mezcla perfecta en un crepe caliente que puede resultar una buena variación tras un menú de sidrería.

Algo más de tiempo pide el relleno de manzana caramelizada con canela que se consigue reduciendo a fuego lento una manzana en láminas finas con una cucharada de azúcar, agua y canela. Son todas ideas muy válidas para sorprender gratamente a nuestros invitados con un postre realizado por nosotros mismos con una gran aceptación.