El origen de la gaseosa se sitúa en 1741. En ese lejano siglo XVIII existió un inglés de nombre William Browning con inquietudes que decidió hacer un experimento. Pensó en qué ocurriría si al agua mineral se le inyectaba ácido carbónico, y optó por hacer una prueba.
Los resultados le sorprendieron, puesto que consiguió un líquido que burbujeaba y que no tenía un sabor desagradable. Su espíritu comercial le empujó a crear un negocio de este descubrimiento, al embotellar el nuevo producto y comercializarlo.
La mejoría en ventas comenzó al prescribirse como agua medicinal
Sus esperanzas de riqueza pronto se vinieron abajo, porque las ventas fueron muy pequeñas en una sociedad que no aceptó con buenos ojos la aparición de un nuevo líquido con burbujas y poco sabor. Esta situación dio la vuelta cuando comenzó a prescribirse como agua medicinal. Este cambio se data medio siglo después, en 1807, cuando un cirujano estadounidense llamado Philip Syng reparó en la gaseosa.
Este galeno trataba a muchas personas aquejadas de problemas estomacales, y consideró que resultaría muy beneficioso para su curación o mejora que ingirieran líquido con gas. De este modo, contactó con un químico amigo suyo para que le preparase un agua carbónica para recetar a sus pacientes.
El químico no se quedó en la mera preparación de este producto medicinal, sino que decidió innovarlo para mejorar su sabor. Como en otras ocasiones en las que una idea simple es el origen de un gran descubrimiento, tan solo necesitó añadir edulcorante al agua carbonatada para lograr un éxito rotundo entre la población.
Aceptación
La buena acogida de la gaseosa pronto encontró mecenas que quisieron hacer dinero con ella. El primero de ellos fue John Mathew, quien en 1823 ideó un sistema para saturar el agua con gas carbónico.
Este invento abarató mucho los costes de producción de las bebidas con burbujas que, al estar al alcance de muchos, perdió su carácter exclusivamente medicinal para convertirse en una bebida popular. A partir de entonces se comenzó a añadir al líquido otros edulcorantes hasta llegar a nuestros días, donde el consumo de Coca Cola, Pepsi Cola y otras bebidas con gas es generalizado.