Un yogur con frutas

El yogur, como todos los lácteos, no debe estar demasiados días abierto [Foto: diariovasco.com]

Conservación

Cuánto tiempo debemos mantener los alimentos básicos en el frigorífico

La inmensa mayoría de los alimentos que adquirimos y consumimos tienen fijada una fecha de caducidad a partir de la que su estado puede deteriorarse. Pero una vez abiertos, su conservación varía porque entran en contacto con otras sustancias.

diariovasco.com | 13/05/2015 |

Los alimentos básicos son muy proclives a sufrir variaciones, por lo que debemos tener muy presente cuánto podemos tenerlos en el frigorífico. Un habitual en nuestras neveras es la leche. Cuando la metemos sin haberla abierto todavía lo más aconsejable es guiarse por la fecha de caducidad que aparece en el envase. Si, como es normal, abrimos un brick y dejamos el resto en frío pero en su mismo recipiente podemos mantenerla en perfecto estado durante siete días, siempre a una temperatura que no supere los cuatro grados.

Un yogur abierto no debería estar más de cuatro días en la nevera

De todos modos, para asegurarnos de que no consumiremos un producto en mal estado, es muy útil olerla a partir del quinto día y, si notamos algo extraño que no corresponde a un alimento en perfectas condiciones, es mejor que la tiremos.

Los productos lácteos son muy recurrentes, y no resulta nada extraño tener yogures en nuestro frigorífico para tomarlos como postre o entre horas. En este caso, y al igual que la leche, si no se abren la mejor referencia es el día que aparece en el envase. A este respecto, hay que recordar que en general son fechas orientativas a partir de las cuales el yogur también se mantiene en buen estado.

Si hemos adquirido este producto en envase familiar y queremos conservar lo no consumido en la nevera, es conveniente que no supere los cuatro días o, como máximo una semana si el yogur incorpora mucha carga de conservantes como ocurre con los comerciales.

Quesos

Otro de los derivados de la leche con bastante presencia en nuestros hogares es el queso. Su conservación varía en función de la composición de cada tipo y de cómo se han elaborado. Sin abrir los envases en los que los hemos adquirido, el queso chedar o suizo puede mantenerse sin problemas hasta seis meses.

El brie, por su composición, tiene un periodo más corto que se sitúa en un mes, mientras que otros tipos tienden a estropearse antes. Así, el sardo o de pasta dura conviene consumirlo si ya ha permanecido en la nevera una semana, y los frescos, ricota y los de pasta blanda se pueden conservar hasta diez días.

Los huevos, por su parte, pueden estar en el frigorífico hasta cinco semanas si están crudos, mientras que si se han cocido se recomienda consumirlos tras una semana en la nevera, siempre con su cáscara.