Por este motivo, mayo es un buen mes para darnos un capricho puesto que el cordero lechal es cuando menos grasa presenta. Este animal se codea con el cerdo en cuanto a cantidad de grasa, al presentar un 6,6% sobre todo saturada. La buena noticia es que la acumula en mayor media alrededor de las vísceras y debajo de la piel, lo que significa que se puede retirar con mucha facilidad después de cocinado en un gesto que nuestros niveles de colesterol y calorías nos lo agradecerán con sinceridad.

Durante su primer mes de vida, el cordero lechal toma únicamente leche de oveja

Junto con esta técnica, hay una buena manera de reducir el contenido de grasa que ingerimos que no es otra que consumirlo ahora. Los meses de primavera son ideales para comprar un buen cordero lechal y deleitarnos durante su preparación y, sobre todo, mientras lo comemos rodeados de familia o amigos.

Precisamente el lechal es el que más grasa tiene y la responsable es su alimentación. Durante su primer mes de vida, este animal consume de manera exclusiva leche de oveja, con altos contenidos grasos. Sin embargo, las cantidades varían en función de la época del año. Así, en octubre es cuando más grasienta es esta leche, mientras que en junio alcanza sus mínimos.

En primavera, las ovejas salen a pastar una hierba que es más rica en fibra y menos calórica. Estas propiedades unidas a que el ganado ovino se mueve más facilitan una reducción de los niveles de grasa que posteriormente transmiten con su leche a los corderos infantes. De este modo, se consigue una carne muy fina, con un color suave y una grasa cremosa y tierna aunque menos nutritiva que la de sus mayores.

Con Eusko Label

En Euskadi se puede adquirir cordero lechal con Eusko Label para asegurarse de su bajo contenido en grasa. Este distintivo certifica que el animal pertenece a las razas autóctonas “latxa” y “carranzana” y se alimenta de manera exclusiva con leche de su madre, lo que da como resultado una carne jugosa, tierna y con un sabor exquisito.

En cualquier caso, mayo nos ofrece la excusa perfecta para dejar por una ocasión nuestras restricciones dietéticas y disfrutar de un buen cordero lechal al horno.