En realidad, las propiedades de estos dos productos son muy similares, y la decisión final dependerá de una cuestión de gustos. Las diferencias entre lima y limón comienzan en el exterior. Así como la primera es más pequeña y de color verduzco, el segundo tiene mayor tamaño y su color es amarillo. Pero sobre todo se distinguen en su sabor, que es lo que afecta de manera más directa en la cocina. El limón es mucho más ácido que la lima, que puede presentar un toque dulce muy interesante para preparados culinarios.
El limón aporta una cantidad bastante superior de vitamina C y menos carbohidratos
En cuanto a sus propiedades, el limón tiene una importante ventaja sobre la lima, y es una presencia bastante superior de vitamina C. En concreto, aporta el 75% del valor diario de consumo frente al 33% de la lima. La vitamina C es responsable del buen funcionamiento de nuestro cuerpo y de prevenir enfermedades.
El fruto amarillo también presume de tener niveles más bajos de carbohidratos, aunque en este caso la diferencia es muy pequeña, por lo que ambos son perfectos para llevar una dieta saludable y baja en grasa. En este sentido, ambos alimentos tienen tan pocas calorías que no superan las 30.
Tanto el limón como la lima son poderosos aliados para cuidar de nuestra salud. Su alta presencia de vitamina C los convierte en grandes antioxidantes que contribuyen a prevenir enfermedades del corazón y el cáncer. Esta vitamina, además, favorece la fabricación del colágeno necesario para sanar heridas causadas por un corte.
Poder antiinflamatorio
Estudios científicos han demostrado que quienes consumen mayores cantidades de limas y limones son menos propensos a desarrollar artritis reumatoide al reducirse el riesgo de inflamación. La poderosa vitamina C también ayuda a que los intestinos absorban hierro, por lo que se encuentra especialmente recomendada para personas con anemia.
Estos cítricos poseen otras propiedades beneficiosas para nuestro organismo como su poder para mejorar la digestión o su influencia en el proceso de pérdida de grasa, lo que les hace muy recomendables. La elección no se relaciona tanto con la salud, sino que será su sabor el que determine la presencia de estos frutos en nuestra dieta diaria.