Los fartones son un alimento típico que acompañan a la horchata, una de las bebidas más reconocibles de esta temporada del año. En verano una de las bebidas más típicas y refrescantes, especialmente en la costa mediterránea, es la horchata, que habitualmente suele ir acompañada de los fartones, unos bollos con forma alargada que resultan ser el complemento perfecto para esta fresca bebida. Pero, ¿de dónde nace esta elaboración? ¿De qué están hechos?
La horchata y los fartones son típicos de la Comunidad Valenciana aunque su consumo está cada vez más expandido
Durante muchos años, los horchateros valencianos estuvieron buscando crear un bollo o una elaboración que combinara perfectamente con la bebida elaborada a base de chufa. Durante muchos años se solía acompañar la horchata con pan o incluso con rosquilletas, pero ni los horchateros ni los reposteros lograban crear un dulce que casara completamente con dicha bebida.
Pues bien, esto cambió con la llegada de la familia Polo a la Alboraya, donde decidieron hacerse con la explotación del horno de la plaza del pueblo y donde parece que lograron dar con la pieza clave que le faltaba a la horchata, los fartones, para juntos terminar componiendo una pareja perfecta. Allí, en la década de los 60, los hijos de la familia, mientras se encargaban de elaborar el pan que venderían a sus clientes, experimentaban con nuevos productos que poder comercializar.
Fruto de esos experimentos nació la receta de lo que hoy conocemos como fartón. Para crear la receta de este exquisito bollo los hermanos Polo tomaron como base los ingredientes y cantidades de la elaboración del panquemao, y le fueron introduciendo una serie de modificaciones. Se trata de un bollo que cuenta con una consistencia esponjosa y muy tierna y que se elabora a base de huevos, levadura, azúcar, leche, harina y aceite.
Extendido a otros lugares
Tal fue la gran acogida que tuvieron estos bollos alargados que tan bien acompañan a la horchata, aunque se pueden tomar con otras bebidas tanto calientes como frías, e incluso solos, que su venta se ha extendido a muchos puntos de la península y varias empresas han buscado copiarlos.
Años más tarde, por ejemplo, se creó un tipo de fartón más hojaldrado, que parte de la receta original pero que introduce una importante novedad que repercute en el resultado final, ya que en lugar de utilizar aceite de girasol, lo cual le da uno sabor menos fuerte y deja mayor protagonismo a la horchata, se realiza con manteca de cerdo. Este ingrediente le da a los fartones ese toque más hojaldrado, una mayor textura, y un gran parecido con la ensaimada.