Con su primer libro (Cocina para impostores) ya se le veía divertido y divirtiéndose en la cocina. Declaraba una cocina sencilla a base de tarros de cristal y latas donde proponía recetas para sorprender e incluso recetas para comer bien, que sí, que se puede comer un plato de cuchara abriendo un tarro de alubias siempre y cuando lo sepas aderezar con una base de cebolla y un pimiento verde y que laves todo lo que sale del tarro antes, un consejo que deberían poner los fabricantes de una manera clara.
Falsarius Chef se llamaba. No sabía quién era pero decía que había estado en cocinas profesionales y supe que era del norte. Le vi en sus vídeos en los que hacía el papel de impostor en la cocina, le entrevisté para la radio en un par de ocasiones y cumplía a rajatabla su papel haciendo el personaje desde el minuto uno de la entrevista. Nueva entrevista para su divertida novela negra sobre la cocina: “Fabada a muerte en cocina fusión”, un relato en el que, además, se adentraba en la personalidad de cocineros, de críticos y hasta de Congresos de Gastronomía que parecía que conocía bien. De nuevo en la entrevista seguía en su papel y yo seguía sin saber quién era.
Y ahora su último libro, un fantástico El rey de las latas, fiel a su manera de entender la cocina, que sí se puede hacer de altura siempre y cuando se tenga un poco de imaginación.
Como todos los suyos el libro es, ante todo, divertido. Quiere ser práctico y se nota porque todas las recetas está claro que han sido probadas y aprobadas. No son recetas de cómo se abre una lata y se presentan los productos, hay mucho más, sí hay elaboraciones, sí hay algunas receta sen las que hay que preparar otros elementos además de los de la lata, pero todo es sencillo y práctico. Un ejemplo: el marmitako que propone con una lata de atún se puede hacer en menos de 15 minutos, no será el mejor del mundo, pero es un marmitako.
El libro está dividido en capítulos por latas: las de primavera (calamares y chipirones); la de las madres (bacalao y berberechos) o la lata de los escotes (sardinas) y así hasta 11. Y cada capítulo tiene una introducción genial que de por sí valdrían todo el libro.
Por cierto ahora ya sé que Falsarius Chef es Nacho Moreno, el vitoriano, pareja profesional de Ricardo (Ricardo y Nacho) de quienes me enamoré con Goomer, la tira cómica de El Mundo y una de las mejores, más surrealistas que ha habido. Vive desde hace años en El Puerto de Santa María donde ahora tiene un bar/terraza llamado Verbena y, lógicamente, con latas. Una visita pronto si se sabe que está.
Un libro que debería convertirse en imprescindible para quienes se vayan a independizar a partir de septiembre como por ejemplo estudiantes y separados recientes. De Plaza & Janés, 18 euros.