En estas fechas en la que los excesos en torno a la mesa suelen ser en ocasiones frecuentes, conviene saber que existen algunos alimentos que ayudan a paliar los efectos del alcohol en nuestro organismo.
Los compuestos fenólicos de las fresas activan las defensas antioxidantes del organismo
Partiendo de la premisa de que una borrachera siempre tiene efectos negativos en nuestros órganos, conviene señalar que las fresas tienen un indiscutible efecto protector en estómagos dañados por el alcohol. Así lo confirma un estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores italianos, españoles y serbios, que suministraron etanol a ratas de laboratorio y comprobaron cómo la mucosa gástrica de aquellas que habían comido extracto de fresas durante los diez días anteriores sufría lesiones menores que el de aquellas que no habían consumido el extracto de esta fruta.
Los efectos positivos de las fresas guardan una estrecha relación tanto con su capacidad antioxidante como con su alto contenido en compuestos fenólicos, que activan las defensas antioxidantes del organismo.
Por ello, las conclusiones de este estudio señalan decididamente que una dieta rica en fresas puede ejercer un efecto beneficioso en la prevención de enfermedades gástricas relacionadas con la generación de radicales libres u otras especies reactivas del oxígeno, atenuar la aparición de úlceras estomacales en seres humanos y aliviar la lesión en la mucosa gástrica una vez dañada.
Los espárragos, aliados del hígado
Por otra parte, un estudio realizado por investigadores coreanos ha analizado los componentes de los espárragos y sus efectos bioquímicos en el hígado. La conclusión es que los aminoácidos y minerales que contiene el extracto de los espárragos, sobre todo el obtenido a partir de sus hojas, protege al hígado de las toxinas que genera el consumo del alcohol y, consecuentemente, reduce los efectos de la temida ‘resaca’.
La explicación, según este estudio, reside en la capacidad que tiene el espárrago para reducir la toxicidad celular del etanol de las bebidas alcohólicas. Así, acelera su metabolización y minimiza, de esta forma, el estrés oxidativo al que se somete nuestro organismo tras una borrachera.