El trash cooking cuya traducción literal sería “cocinar con basura”, es la tendencia que apuesta por el aprovechamiento de la comida. Este concepto representa el máximo exponente lo que se ha hecho toda la vida de aprovechar al máximo todo lo que se pueda de los alimentos.
El arte de reutilizar los alimentos de manera total es lo que hoy en día conocemos como trash cooking.
Frente a la tendencia actual de adquirir muchos de los alimentos que utilizamos en la cocina pelados, cortados, envasados o incluso cocinados, esta tendencia apuesta por los productos enteros y el aprovechamiento de absolutamente todas sus partes.
El trash cooking propone ideas para aquellos a los que les cueste tirar de imaginación. Aunque resulte algo más laborioso, es un sistema más económico y que sin duda puede aportar un toque diferente a nuestra cocina.
En el caso de las frutas y las verduras por ejemplo, se genera mucho residuo. Las pieles, hojas o tronchos son tirados sin miramientos. Pero la realidad es que todo es darle un vuelta.
En el caso del calabacín por ejemplo, hay veces que se utiliza pelado, y otras sin pelar. Pero cuanto lo cocinamos pelado, tiramos la peladura. Bien limpia, cortada en tiras, y salteada con un poco de ajo, la peladura del calabacín es perfecta para acompañar un plato de carne o pescado, o incluso de picoteo en crudo.
Esta técnica se puede utilizar con muchas verduras y frutas. De hecho, en el caso de los cítricos, la cáscara siempre se va a la basura, aunque contenga un aroma y un color intensos. En este caso, una muy buena alternativa para aprovechar la cáscara es limpiarla, rallarla y dejarla secar. Es perfecta para aromatizar sales, platos o salsas y vinagretas. Sin duda lograremos dar un toque moderno y refinado a nuestros platos mientras aprovechamos todo el alimento.
El trash cooking más tradicional
Si bien el trash cooking hace referencia a una práctica humilde que se lleva realizando en cantidad de hogares durante toda la vida, además de nuevas formas e ideas de aprovechar los alimentos, esta tendencia nos lleva también a los orígenes de algunos alimentos que tomamos ahora y ni nos hemos percatado.
La piel de las patatas es una parte del tubérculo que si se retira nunca se reutiliza. En este caso no hay más que limpiarla a fondo y echarla en pedazos en una sartén con aceite caliente. Obtendremos unas tradicionales y originales chips. Lo mismo se puede hacer con la piel de aves, con las que podremos obtener auténticos tentempiés de corteza.