La técnica del glaseado es fácil, rápida y muy socorrida para dar un acabado profesional a nuestras recetas. Utilizada en preparaciones dulces y saladas, su composición depende del alimento que vayamos a recubrir. Desde postres hasta carnes, pescados, verduras y hortalizas pueden ser acabados con un glaseado.
Se puede elaborar la técnica del glaseado añadiendo agua o clara de huevo al azúcar glas
Normalmente el glaseado se elabora a base de azúcar glas y agua, aunque encontramos versiones de glaseado que añade fruta a estos dos ingredientes, o versiones saladas. De hecho, detrás del brillante toque de las guarniciones de verduras, se encuentra a menudo el glaseado.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que el glaseado se trata de una técnica de acabado, es decir, el alimento debe ser primero cocinado. El glaseado es el remate para dar a la comida un toque de sabor a la par que una apariencia atractiva. Aunque se puede utilizar para cocinar también alimentos que no requieran de una excesiva cocción.
En el caso de las verduras, por ejemplo, podemos aunar ambos procedimientos. La guarnición de verduras elaborada con esta técnica es perfecta para darle ese toque de elegancia que le falta al plato. Glasear las verduras es tan fácil como cocer las verduras en piezas o pedazos pequeños, en agua, mantequilla y azúcar.
Esta técnica de glaseado permite cocinar la verdura, a la vez que se va glaseando la las piezas a medida que el agua se va evaporando, y consiguiendo así un fino, brillante y dulce acabado. La técnica del glaseado en verduras es muy habitual en zanahorias mini o troceadas, cebollitas y rábanos.
Si vamos a utilizar esta forma de glasear, debemos calentar a fuego lento durante 20 minutos la olla y su contenido, con la tapa puesta y después llevar la preparación a hervor hasta que se evapore el agua. Es importante añadir agua que cubra solo hasta la mitad las verduras, de lo contrario las verduras se cocerán sin conseguir el glaseado.
Glaseado para postres
La técnica del glaseado normalmente suele estar más relacionada con las preparaciones de postres como tartas, pasteles o muffins en los que una cobertura brillante, blanca o de colores, cubre los dulces de una manera tremendamente atractiva.
Para obtener este glaseado debemos elaborar una pasta a base de azúcar glas a la que se va añadiendo agua mientras se remueve. A este glaseado se le pueden añadir unas gotas de limón y colorante alimentario.
Aunque otra opción que tenemos para glasear dulces es el clásico Glaseado Real, que consiste en batir clara de huevo e ir añadiendo el azúcar glas. Una vez listo se debe dejar reposar unos 15 minutos y después se le pueden añadir distintos aromas y colorantes.
Esta técnica es perfecta para galleta, y no te preocupes si el color no es como esperabas, una vez seco el tono se acentúa consiguiendo un acabado digno fotografía.