Todas las aguas minerales son puras de origen y están, por tanto, exentas de elementos químicos como de microbios. En cambio, la composición mineral de cada una de ellas varía en función del tipo de roca de donde se ha filtrado, de la profundidad, del tiempo y de su temperatura durante el recorrido en el subsuelo. En España se pueden encontrar más de cien variedades distintas de aguas minerales.
Por otra parte, el agua del grifo procede de agua de lluvia que llega a los embalses y postriormente, a las desaladoras. Cumple las normas de seguridad, por lo tanto, es potable y no es perjudicial para la salud. Sin embargo, es cierto, que según el punto geográfico en el que te encuentres, el sabor de la misma no es exactamente el mismo, ya que varía dependiendo de determinadas localidades, especialmente en la costa.
Diferencias entre agua de grifo y mineral
Según apunta el doctor Francisco Maraver, presidente del Comité Científico del Instituto de Investigación de Agua y Salud, el agua de grifo es fantástica para cocinar y ducharse, pero desde el punto de vista nutricional tiene grandes diferencias con el agua mineral. El agua mineral influye positivamente en nuestro organismo y aunque el agua envasada sea más cara, nos da una garantía absoluta.
Además, el agua envasada es recomendada utilizarla en los niños; deben beber 0,6 litros diarios en su primer año de vida. En la adolescencia se recomienda de 1 a 6 litros. El agua mineral es un nutriente fundamental para fomentar la vida saludable en los niños, ya que previene del sobrepeso y la obesidad, según ha afirmado el Instituto de Investigación de Agua y Salud tras realizar estudios en el organismo.
El agua mineral afecta positivamente en nuestro organismo, sobre todo en los bebes recién nacidos
La composición del agua mineral le permite al pediatra indicar las marcas en función de la concentración de determinados minerales (socio, calcio y flúor). Además, esta agua no necesita ser hervida para elaborar los alimentos del niño en su primer año de vida, ya que es pura en origen.
Incluso el agua mineral es fundamental durante el embarazo, ya que favorece el buen desarrollo del mismo y durante la lactancia preserva la cantidad y la calidad de la leche materna. Así mismo, durante la menopausia, si se bebe agua mineral se reducirán los efectos de envejecimiento de la piel y huesos, además de mantener el peso corporal.
Por último, beber agua mineral, ayuda a aumentar los niveles de antioxidantes, disminuyendo los problemas sobre la piel, aporta nutrientes como el flúor, calcio, fósforo que actúan en los huesos y ayuda a prevenir la osteoporosis.