Las salsas light son la forma perfecta de seguir disfrutando de tus platos favoritos con todo el sabor y sin descuidar la línea. Mahonesa, alioli, pesto… todas las salsas son susceptibles de cambiar un poco su receta para hacerlas más ligeras.

La salsa de alioli light se prepara con huevo cocido, ajos asados, queso fresco y perejil

La salsa alioli, por ejemplo, es una de las más utilizadas para dar sabor a pescados, patatas, bocadillos… Si tú también eres un amante de su sabor, estás de enhorabuena. Y si te quieres cuidar no hace falta que te despidas de ella, solo que modifiques su receta.

Se pueden encontrar un montón de versiones, pero esta es la más sencilla. Basta con cocer un huevo y asar una cabeza de ajos. Cuando se tienen ambas cosas listas se pelan y se introducen en la batidora con el queso fresco que se prefiera.

Se puede dejar así, salpimentando al gusto y añadiendo perejil; o darle un toque más personal y añadir un poco de mostaza, un chorrito de vinagre o limón, o un poco de aceite de oliva virgen extra.

Al igual que la salsa de alioli light, podemos preparar otra que también queda deliciosa para acompañar pollo o crudités. La salsa de anacardos o cacahuetes es exquisita. Es cierto que los frutos secos pueden no ser del todo lights dependiendo de la cantidad, pero es sin duda un aderezo muy saludable.

Es tan sencillo como poner a remojo los anacardos o los cacahuetes la noche anterior. Al día siguiente, escurrirlos, triturarlos e ir añadiendo agua para conseguir la textura deseada. Y después se salpimienta, se añade un ajo pelado y se vuelve a triturar todo. Los propios frutos secos tienen aceite, por lo que es mejor no incluir demasiada agua al principio e ir ajustando hasta obtener la textura deseada.

Salsa light oriental

Muy versátil, ligera y sabrosa se puede optar también por la vinagreta de yogur y soja. Esta salsa light se puede utilizar para dar sabor ensaladas, gambas, pollo e incluso platos de pasta y arroz. Para prepararla se mezcla un poco de aceite de oliva virgen extra (o aceite de sésamo), yogur desnatado, salsa de soja, ajo crudo, un poco de azúcar moreno y vinagre de Jang.

En este caso, se recomienda utilizar el yogur desnatado, aunque lo cierto es que en la mayoría de las salsas se puede utilizar indistintamente yogur o queso fresco. Se puede ir probando y escoger la versión preferida, aunque el resultado es muy similar. De hecho, un buen aliado para preparar salsas saludables es también el aguacate, que aporta una gran cremosidad.