Cuidar las sartenes tiene truco. Y es que además de limpiarlas con mucho mimo hay ciertos hábitos que nos pueden ayudar a alargar su vida considerablemente. Y no solo eso, también a mejorar su sistema antiadherente.
El primer paso para cuidar de una sartén desde el principio es darle un primer curado con aceite
Llegas a casa con tu sartén nueva y no ves el momento de colgarte el delantal y arrancarte con tus mejores preparaciones, con la certeza de que no habrá alimento que se atreva a quedarse pegado. Pero espera. Ya vayas a estrenar una sartén de alta gama o una más sencilla, cómo la trates y el uso que hagas de ella condicionará lo que vaya a durar. Un buen truco para cuidarla desde el primer momento es hacerle, como se suele denominar, un primer curado.
El primer curado consiste en limpiar la sartén con agua muy caliente y jabón suave. Para frotar se debe utilizar el lado amarillo del estropajo (el de la esponja). Una vez se haya retirado cualquier posible impureza, se aclara y se seca un poco con la ayuda de un paño suave o papel de cocina. A continuación se pone a fuego medio, durante 5 minutos, con 1 cm de aceite. Y pasado ese tiempo, se deja enfriar y se limpia con papel de cocina.
Una vez hecho esto, nuestra sartén ya estará preparada para su primer uso. Y cuando ya la hayamos estrenado, cada vez que la usemos, un buen truco es limpiarla siempre con agua, jabón y una esponja suave.
Y después de secarla con un paño suave, la clave es darle un poco de aceite con la ayuda de un papel de cocina. Esto no solo nos ayudará a mantener su capa antiadherente, sino que hará que la comida cada vez se pegue menos.
Aprende a cuidar las sartenes
Pero para que estos gestos funcionen se tiene que cuidar la sartén en todo momento. Es decir, si por ejemplo se queda algo de comida pegada, no hay que usar un estropajo de metal o nanas. Tampoco se deberá frotar con la parte más dura de los estropajos de dos caras. Para eliminar los restos pegados hay que echar un poco de sal gorda y aceite y ponerla un poco al fuego, y cuando ya no queme frotar con un trapo.
Además, es importante dejar que las sartenes se enfríen solas y nunca ponerlas debajo del chorro de agua nada más usarlas. Evitar el lavavajillas y limpiarlas a mano puede ser también una buena decisión si queremos cuidar de nuestras sartenes en condiciones.