Dos pequeños cuencos con kétchup

El kétchup, una de las salsas más comunes en la comida rápida [Foto: diariovasco.com]

Condimentos

¿Son tan diferentes el kétchup y la salsa de tomate?

Uno de los aderezos más habituales en nuestra cocina es el tomate triturado, que hasta no hace tanto se servía en salsa, aunque la irrupción de recetas internacionales ha traído un nuevo rival, el kétchup.

diariovasco.com | 22/09/2014 |

Si bien ambos acompañamientos tienen como base el tomate, su composición y su sabor presenta diferencias que nos harán optar por uno o por otro. Respecto a sus aportaciones al organismo, la principal conclusión es que la diferencia entre el kétchup y una salsa de tomate industrial no es muy grande. Un análisis nutricional de 100 gramos de kétchup arroja unos resultados de 73 kilocalorías, 15,9 gramos de azúcares, 16,2 gramos de hidratos de carbono, 1,6 gramos de proteínas, 0,13 gramos de grasas y 1,8 gramos de sodio.

Ambos acompañamientos son muy parecidos desde el punto de vista nutricional

En cuanto a la salsa de tomate industrial, una cantidad similar nos proporciona 79,9 kilocalorías, 9,7 gramos de hidratos de carbono y 3,9 gramos de grasas. En este último dato no se puede acceder a la información sobre la procedencia de estas grasas ni si son saturadas, aunque generalmente pueden ser más altas porque el sofrito de cebolla y ajo se realiza con aceite vegetal.

El kétchup contiene más aditivos que la salsa de tomate frito, entre un 3 y un 10% más en función de la marca industrial. Respecto a los azúcares, el kétchup también supera entre un 0,2 y un 2% la presencia de este alimento en comparación con la salsa de tomate. También contiene más sal y más calorías, aunque al ser elaborado a base de concentrado su composición tiene algo más de tomate.

Diferencia de sabor

Si desde el punto de vista de aportación al organismo son muy similares, un aspecto que nos puede hacer tender hacia una u otra salsa es su sabor. En este sentido, cabe recordar que el kétchup es una mezcla de tomate concentrado con vinagre, azúcar, especias y sal que se ha popularizado por influencia norteamericana, aunque su origen se encuentra en China.

En definitiva, ambos acompañamientos son muy parecidos desde el punto de vista nutricional y, al margen de los gustos por los sabores, valen igual para aderezar un plato. En cualquier caso, siempre será más saludable elaborar nuestras salsas en casa y utilizar para ello productos naturales que, en este caso, pasaría por tomates frescos, aunque también es válida la opción de adquirir una lata de tomate natural.