Este tipo de prácticas no es tan puntual y para evitar su proliferación la Unión Europea ha decidido estrechar el cerco.Un informe elaborado por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria de la UE explica cuáles son los casos más habituales que se producen. Sustituir ingredientes, etiquetar de forma incorrecta, vender alimentos convencionales como ecológicos o usar logotipos engañosos son algunos de los que registran más casos.
El aceite de oliva, un producto con alto riesgo de engaño
El mismo informe advierte de los productos que tienen un mayor riesgo de sufrir este tipo de engaños, entre los que se encuentra el aceite de oliva, el pescado, los productos ecológicos, los cereales, la miel, el café, el té, las especias, el vino, ciertos zumos de frutas y la leche. La lista es muy amplia, y existen ejemplos recientes de este tipo de fraude.
Así, en Italia ha surgido la “agromafia”, cuyo principal negocio es el aceite de oliva. Los responsables compran barato en países como España, Marruecos o Túnez, y lo revenden mucho más caro con la etiqueta “Made in Italy”.
Más cerca, en Madrid, recientemente la Guardia Civil ha desmantelado una trama en la que una empresa mayorista distribuía a tiendas gourmet latas de caviar supuestamente iraní, cuando en realidad se había criado en una piscifactoría.
Tipos de fraude
Son muchos los ejemplos pero todos pueden englobarse en tres tipos de fraude. El primero consiste en sustituir total o parcialmente un alimento o ingrediente por otro menos caro, como ocurrió en China con la adición de melanina en la leche infantil.
Un segundo tipo corresponde al fraude por adición. En este caso, se añade una sustancia para enmascarar ingredientes de calidad inferior sin informar al consumidor. En el último grupo se integran las prácticas por las que se elimina un componente auténtico y de calidad sin avisar de ello.
La Unión Europea reconoce que hasta ahora no existe una legislación completa y rigurosa para evitar estas técnicas fraudulentas, aunque se compromete a trabajar para llegar a redactar una normativa de aplicación comunitaria. Por el momento, los consumidores contamos con una base de datos de fraudes alimentarios en la web www.foodfraud.org de la asociación sin ánimo de lucro norteamericana U.S. PhramacopeailConvention