Un consorcio de empresas y un equipo de científicos colaboran en un pionero proyecto de I+D+i que pretende corroborar los beneficios de llevar una dieta atlántica con productos procedentes de Galicia. Su metodología se enfoca a estudiar las características de una serie de productos concretos que ya de por sí son saludables, para poder mejorarlos.

Los menús serán probados por 250 familias durante seis meses

En concreto, los científicos con la ayuda de las empresas analizan tratamientos específicos para vides, grelos y berzas, aceitunas gallegas, mejillones y productos lácteos. Según cada caso, se estudian sus técnicas de plantación y épocas del año, métodos para su conservación o preparación, producciones experimentales que potencien el desarrollo de elementos beneficiosos para la salud, o creación de nuevos productos a partir de los ingredientes conocidos.

En paralelo, un grupo de nutricionistas ha diseñado una dieta atlántica con menús equilibrados y biosaludables que incorporan los alimentos objeto de estudio. Estas recetas serán probadas por alrededor de 250 familias durante seis meses, en el marco de un ensayo clínico que también ofrecerá consejos para completar el menú.

Una vez finalizado este seguimiento, se realizará una evaluación de la efectividad de la dieta diseñada sobre marcadores biológicos de riesgo vascular, para comprobar si, tal como indican los estudios previos, la dieta atlántica resulta una alternativa eficaz a la mediterránea, o se pueden complementar sin necesidad de competir.

Recetas

El caldo gallego con habas, patata, grelos y caldo de cocido; la coliflor con ajada; las fabas con arroz; la ensalada de setas escabechadas y queso de crema o el salteado de berzas con jamón son algunas de las recetas que el equipo de especialistas ha propuesto a las familias. Entre los primeros platos tampoco faltan las cremas, como la de grelos, la de zanahoria, puerro y patata, o la de setas con patata.

Los segundos platos no tienen nada que envidiar a los primeros. Entre las propuestas se encuentran las albóndigas con arroz blanco, el cocido gallego, el huevo relleno de setas y surimi, el lomo de cerdo, o el quiche de grelos con jamón y queso crema. Los guisos merecen una mención aparte, como el de bacalao con patatas o el de ternera y verdura.

El proyecto dirá si la dieta atlántica es beneficiosa para prevenir, paliar o retrasar una serie de patologías relacionadas con la obesidad o riesgos cardiovasculares que, por desgracia, son comunes en nuestra sociedad.