Nuestros hábitos de comidas, a menudo poco recomendables, han provocado un aumento de casos en los que se diagnostica un nivel de colesterol que se necesita bajar. Conocer los principales alimentos que lo incrementan nos ayudará en nuestra cruzada.
Una bola de helado tiene los mismo efectos en el colesterol que un huevo
Entre los más conocidos y temidos se encuentra el huevo, que es conveniente consumir porque se trata de un alimento saludable, pero con moderación debido a su alto nivel de colesterol de alrededor de 200mg. En caso de sobrepeso y de estilos de vida sedentarios, este cuidado se debe redoblar.
Otro producto que tiene efectos muy similares a los del huevo aunque no son tan conocidos es el helado, que puede aportar la misma cantidad de colesterol en una sola bola. Frutas y frutos secos son mejores opciones para el postre. Para muchos será una buena excusa conocer que el hígado tampoco es recomendable si deseamos mantener unos buenos niveles de colesterol, que puede ser sustituido por carnes magras, más sanas.
La misma razón se puede esgrimir para no comer sesos o hacerlo con mucha precaución, porque es uno de los alimentos que más colesterol aporta y que puede llegar a representar hasta 766 mg en 30 gramos.
Las patatas fritas envasadas, por su parte, son muy recurridas, pero el aceite con el que se cocinan aporta una importante cantidad de grasas saturadas. Lo mismo ocurre con las pizzas, que presenta muchas grasas artificiales que son baratas y aumentan la vida útil, estabilidad y textura de los alimentos, pero eleva las concentraciones de colesterol.
Derivados lácteos
La mantequilla también requiere de un consumo moderado, ya que contiene un 80% de grasas saturadas y 31 mg de colesterol por cucharada. En relación con este producto, la leche entera y sus derivados como el queso o los yogures también presentan altos niveles de grasas saturadas y colesterol. En estos casos, es preferible utilizar las versiones light de estos productos tan extendidas y fáciles de adquirir.
El pollo en diversas versiones tampoco es muy recomendable. Las partes ya fritas y congeladas tienen el mismo problema de las pizzas, mientras que el pollo frito debe ser consumido sin piel, donde se concentra la mayor parte del colesterol. Por último, la bollería, las rosquillas fritas y la piel de cerdo frita completan la lista de principales enemigos a evitar para llevar una dieta alejada del colesterol.