Una opción perfecta sin necesidad de salir de casa es hacernos con una buena parrilla. Con ella, los aficionados a salchichas, hamburguesas, chorizo, morcilla y carnes con todo su sabor pueden festejar un anómalo día campestre desde la cocina de sus casas.
La pieza a cocinar debe estar siempre seca para que no se cueza
A la hora de adquirir una parrilla de interior, es preferible elegir una de hierro que las eléctricas, porque aguantan unas temperaturas que hacen que los jugos de las carnes se tuesten y los azúcares se caramelicen, con lo que tendrá un sabor genuino a parrilla.
El hierro colado vitrificado es apto para todas las fuentes de calor, desde el cada vez menos utilizado fuego hasta el horno, el gas y las más modernas técnicas como la inducción y la vitrocerámica. Además, su capacidad de soportar altas temperaturas le convierten en un instrumento idóneo para cualquier tipo de alimento, como las verduras, las carnes, los pescados o los mariscos.
Una de sus características que en principio puede provocar desagrado es que con rapidez adquieren un color marrón que da la impresión de no estar nunca limpias. Lejos de ser un inconveniente, este cambio de aspecto es positivo, porque el color se debe a la pátina que forma con el uso y que ayuda a que los alimentos no se peguen, sin impregnar de ningún sabor a los alimentos recién cocinados, siempre que se limpie.
Limpieza
El método de limpieza es muy sencillo. En primer lugar, hay que esperar a que la parrilla baje de temperatura, para luego lavarla con agua y jabón y un estropajo corriente. Es conveniente evitar productos corrosivos o materiales como las nanas, que terminan por estropear la parrilla. En el caso de que se hayan quedado restos pegados, se deja reposar durante un cuarto de hora con agua caliente jabonosa para retirarlos luego con facilidad. Si se limpia a mano es mejor que en el lavavajillas para conservar la pátina.
A la hora de cocinar, lo ideal es que el hierro fundido se caliente poco a poco con un fuego centrado en la parrilla que asegure su extensión a todas las zonas. Una vez caliente, se unta la superficie con aceite o con la grasa de la carne o el pescado. En cualquier caso, la pieza a cocinar debe estar seca para que no se cueza.
Con unos minutos en la parrilla por ambos lados es suficiente, porque si le damos vueltas a la carne o pescado se resecará y no quedará jugoso. Tras retirarla del fuego y sazonarla, tendremos el momento perfecto de nuestro día de campo en casa.