Abrir el champán es descorchar alegría. Es crear un momento de emoción y lleno de expectación, en el que todos los asistentes a una cena o una fiesta fijan su mirada en una botella de espumoso, esperando ese característico sonido que va seguido de brindis, sonrisas y grandes momentos.
Pero siendo sinceros, no son muchos los que dominan el arte de abrir el champán. Aunque todo tiene solución, con estos sencillos pasos atrévete a coger la botella, abrir el champán y sorprender a amigos y familiares, por supuesto, siempre teniendo sumo cuidado.
El primer paso para abrir el champán es retirar el papel de aluminio que cubre su boquilla. Al retirar este envoltorio aprovecharemos también para quitar el alambre. Ten en cuenta que el alambre tiene un seguro, la chapa que está encima del corcho. Como se lo vamos a quitar, por razones de seguridad lo mejor es sostener el corcho con el pulgar.
Es importante apoyarse la botella de champán en la cadera y agarrarla fuerte
Una vez destapado el corcho, el siguiente paso será agarrar firmemente la botella. Para ello opta por asirla con tu mano dominante, agarrando el corcho con la otra mano. Ten el corcho siempre controlado, no sea que haya un susto. Y si quieres asegurarte de no derramar ni una gota de champán, coloca una servilleta entre tu mano y el corcho.
Te habrás fijado en que una botella de champán nunca se descorcha apoyada sobre una mesa. Debemos apoyar la base de la botella en nuestra cadera. Si la estamos sosteniendo con la mano derecha, nos la apoyaremos en la cadera derecha, y si lo estamos haciendo con la izquierda, en la izquierda.
Y finalmente, para abrir el champán…
Llegado este punto comienza la parte complicada y el paso más importante. Debes comenzar a girar la botella, asiendo fuertemente el corcho y alejando gradualmente tus manos entre sí, cada vez con un poco más de fuerza. Te darás cuenta que el corcho comienza a soltarse, por lo que ahora más que nunca agárralo con firmeza.
Cuando notes que el corcho de la botella de champán se va a soltar del todo, escoge el efecto que quieras. En caso de querer que el corcho vuele, ten cuidado de no apuntar a nada ni nadie y dale ese último empujón con el pulgar. Esto es poco recomendable en espacios cerrados, ya que el corcho tiene exactamente el tamaño de la cuenca del ojo y no queremos ningún susto. En caso de no querer dispararlo, simplemente retíralo con la mano cuando lo notes suelto.