La patata es un alimento que se puede cocinar de muy diversas formas. Es un producto asequible, rico y que aguanta mucho tiempo en buenas condiciones en la despensa, lo que hace de ellas un básico en cualquier casa.
Las patatas están presentes en cualquier despensa y se pueden preparar de mil formas
La cuestión es que aunque lo utilicemos mucho en nuestra cocina, a menudo tendemos a darle poca vida, es decir, utilizar tres o cuatro preparaciones simples que nos sirven para acompañar cualquier plato. Existen varias formas diferentes de cocinar las patatas, para que aprovechéis este tubérculo al máximo.
1. En puré. Como condimento o como plato fuerte el puré de patata es muy socorrido. En el primer caso, el acompañamiento de puré de patata es muy consistente, por lo que además de dar un toque al plato, sacia mucho. Se puede adquirir en polvos ya casi listo para ser consumido, o se puede hacer de forma natural y desde el principio en casa. En ambos casos la preparación es sencilla y no requiere de grandes conocimientos culinarios. De ser el puré el propio protagonista, se le pueden añadir otras verduras como zanahoria o calabaza.
2. Patatas fritas. Son todo un clásico, y probablemente freírlas sea la manera por excelencia de preparar este producto, aunque no es la más sana. Las patatas al horno son buena alternativa, ya que el resultado es muy similar y no se necesita tanto aceite.
3. Asadas. Las patatas asadas o al horno pueden servir de acompañamiento o como plato principal. Se pueden preparar tanto con piel, como sin ella, y se puede cortar al gusto. En caso de dejarla con piel, cortadas en gajo y aderezadas con sal, pimienta y especias, son un acompañamiento estupendo. Si son pequeñas, se pueden preparar directamente enteras con la piel.
4. Gratinadas. Las patatas gratinadas son todo un acierto como plato principal, es sencillo, barato, y saciante. Basta con cortar las patatas por la mitad y echarles queso por encima para que se gratine, se le puede incluir también jamón en taquitos y alguna salsa como la bechamel o la barbacoa.
5. Ensalada de patata.Es fresca y práctica a la hora de que los niños empiecen a comer ensalada. Solo hay que cocer, pelar la patata, y cortarla en rodajas. Esta ensalada se suele preparar con tomate, cebolla, aceitunas, atún y un chorrito de aceite.
6. En sopa. Es la versión más fina del puré de patata. Para diferenciarla del puré, el truco está en hacerla muy fina y añadirle algo más de sabor, una buena opción es acompañarlo de cebolla. El resultado es una sopa a medio camino entre la sopa de cebolla y el puré de patata.
7. Rellena. Los rellenos que le puedes poner a la patata son innumerables, además se trata de una receta muy utilizada en todo el mundo. Un relleno clásico es el de carne picada con tomate, que se culmina gratinándolo con queso. Aunque las opciones más vegetarianas de esta receta también cuentan con muchos adeptos.
8. Guisadas. Uno de los platos más reconocidos de patatas guisadas son las patatas a la riojana. Con chorizo y un poquito de ajo, este guiso de patatas es muy fácil de preparar, tiene mucho sabor, y es perfecto para los días de invierno. En verano, el marmitako es el rey de los guisos.