En la actualidad, los manteles constituyen todo un universo decorativo, gracias fundamentalmente al uso de nuevos tipos de tejidos y a los modernos diseños adecuados a las necesidades actuales. Un claro ejemplo de este último caso es la aparición de los manteles individuales, muy apropiados para la forma que en la actualidad tiene la sociedad de realizar sus comidas.
Uno de los grandes inventos de nuestros días son los manteles engomados
Una muestra de la importancia que ha adquirido este accesorio se encuentra en el hecho de que en muchas ocasiones ha perdido su función inicial de comer sobre él para conservar únicamente la decorativa. Así, es habitual encontrar en la mesa de la cocina varios salvamanteles que, como su nombre indica, evitan el contacto directo con la vajilla para que no se manche, se queme o se rompa.
La amplia variedad de tejidos con los que se fabrica es también un claro reflejo del interés decorativo del mantel. Durante mucho tiempo se ha impuesto la comodidad y se han adquirido estos accesorios siempre que tuvieran un fácil lavado y planchado o fueran de tejido plastificado para pasar un paño y limpiarlo. Pero estos modelos ahora conviven con otros más complicados de planchar, como los volantes y las telas especiales.
No obstante, el tejido por antonomasia de los manteles es el lino y el algodón. Si buscamos comodidad, es preferible elegir con mezcla de poliéster porque se arruga menos al lavarlo y, en consecuencia, resulta mucho más fácil plancharlos.
El hilo mantiene su posición como tejido tradicional de los manteles, más aún en ocasiones especiales. Y su color, sin duda, el blanco. Puede llevar bordados, punto de cruz, “deshilaos” o puntillas, aunque los más apreciados son los de tela de Panamá con bordados, que se planchan con más facilidad.
Manteles engomados
Uno de los grandes inventos de nuestros días son los manteles engomados, que se venden cada vez más. Es una opción cómoda a los manteles tradicionales que, además, cuentan con estampados alegres o de estilo contemporáneo y resultan ideales para comidas y cenas informales. Una vez finalizadas, tan solo se necesita pasar un paño húmedo y quedan limpios y perfectos para su próximo uso.
Otra alternativa que gana adeptos es el mantel plastificado que se compra por metros, aunque tiene como inconveniente que si se limpian con alcohol pueden perder los colores del estampado y que si no es suficientemente flexible puede adoptar la forma de los dobleces al plegarlo. Como ventajas, son resistentes y aguantan bien limpiezas con productos multiusos.
Sea cual sea el material, en el mercado existe una amplia variedad de este accesorio por lo que no tenemos excusa para dar nuestro punto personal a la cocina o comedor de casa.