huevos y temperatura

Hay que evitar cambios de temperatura [Foto: diariovasco.com]

Duda recurrente

Los huevos, ¿mejor en el refrigerador o a temperatura ambiente?

Hay que tener especial cuidado con la conservación de estos alimentos en cuyo interior pueden proliferar con facilidad microorganismos. En tiendas y supermercados guardan los huevos a temperatura ambiente, pero en casa lo hacemos en el frigoríficoÂ… ¿Qué opción es la correcta?

diariovasco.com | 22/07/2014 |

Uno de los alimentos a cuya conservación hay que prestar una especial atención son, sin duda, los huevos. Su aspecto frágil siempre requiere que se transporten con cuidado, pero además la tendencia de estos alimentos a desarrollar hongos y microorganismos cuando no se conservan en las condiciones adecuadas, hace que haya que tener especial atención con ellos.

Por ello, seguro que en alguna ocasión te habrás parado a pensar que en las tiendas de alimentación, mercados y grandes superficies los huevos no se colocan en las zonas refrigeradas con los yogures, por ejemplo, sino que se almacenan a temperatura ambiente. Sin embargo, en la gran mayoría de los hogares es el frigorífico el lugar elegido para guardar estos alimentos hasta su consumo… ¿En cuál de los dos casos se está haciendo lo correcto?

Es importante evitar los cambios bruscos de temperatura al conservar los huevos

Pues la respuesta sería que ambas partes están realizando de manera acertada su labor dentro del proceso de conservación de los huevos. Como sucede en cualquier otro alimento, su calidad va disminuyendo según pasan los días, sobre todo si permanecen a temperatura ambiente. Además, también está comprobado que se puede retrasar su envejecimiento cuando se conservan a una temperatura comprendida entre los uno y diez grados, siempre con una humedad relativa inferior al 80%, el modo en el que se evita la proliferación de hongos y otros microorganismos en la cáscara.

Cambios bruscos

El motivo por el cual, por legislación, los huevos no se conservan en un lugar refrigerado antes de ser comprados es que así se evitan los cambios bruscos de temperatura, unas circunstancias muy peligrosas para estos alimentos. Un cambio radical de clima puede provocar un grave deterioro del huevo y su contaminación microbiológica, lo que supone un serio riesgo sanitario.

El mayor de los peligros sería cuando al pasar de una temperatura baja a otra más elevada se condensara el agua en la cáscara del huevo, lo que facilitaría la entrada de microorganismos al interior del huevo a través de los poros.