Ahora que los días son más largos y muy agradables para estar en la calle y disfrutar de nuestro tiempo de ocio, las comidas y cenas fuera de casa se multiplican, ya sea en un establecimiento hostelero, en la playa, piscina o de picnic en el monte. Comidas en las que, no siempre tenemos en cuenta nuestra dieta diaria y luego esto pasa factura a nuestra salud.
Un factor, el de la alimentación, que si en los adultos hay que tener muy presente, mayor importancia hay que darle en el caso de los niños, especialmente en el de los más pequeños, no sólo por su salud, sino también porque se encuentran en esa fase de aprendizaje, en la que enseñarles a comer bien y de todo será un aspecto muy importante a tener en cuenta para que cuando se vayan haciendo mayores, tengan hábitos saludables en alimentación. Algo que también se refleja en la salud y el aspecto físico interno y externo.
¿Lo mejor? Que comer bien fuera de casa no resulta nada difícil y, por supuesto, si no quieres, no tienes por qué gastar mucho dinero.
Rico y saludable
Hay varios platos fáciles de hacer y de llevar, que si vas con niños los podrás consumir sin tener que cargar con media casa, en cualquier sitio al aire libre, ya sea en la playa, la piscina, en el monte o en el mismo centro de la ciudad, como por ejemplo:
- Ensaladas: especialmente las de pasta. Porque se conservan muy bien y se pueden acompañar, por ejemplo, de tomate, atún, alguna carne hecha y huevo, que son alimentos muy saludables y nutritivos. Además, al ser fresquita y tener tantos condimentos, puede valer como plato único, no sienta mal y entra muy bien. Además, al ser pasta, a los niños les encantará y se la comerán con facilidad.
- Purés fríos: que son muy nutritivos, fáciles de llevar y preparar.
- Tortilla de patata: que gusta mucho a los niños y también es muy sana. Un consejo, si en lugar de freír la patata, la cueces o la haces al microondas, el sabor será el mismo y la tortilla seguirá estando igual de rica
- Bocadillos vegetales: si son de pan integral o Bimbo, mejor que mejor. Los podemos componer de un filete (por ejemplo, pechuga de pavo o pollo), lechuga, tomate, cebolla frita y huevo.