El maridaje del chocolate sigue las mismas pautas que se deben tener en cuenta a la hora de maridar el vino con otros productos. Tanto el chocolate como el vino son ricos en antioxidantes y pueden tener sabores muy simples y otros muy complejos. Al igual que el vino, el chocolate se cata anotando y definiendo su aroma, el chasquido al romperlo, y observando su brillo.
Los chocolates negros maridan especialmente bien con los vinos de Oporto, sobre todo con los vinos tintos que se guardan largo tiempo en barrica y que son de color muy oscuro. También los vinos de Syrah maridan bien con los chocolates con mucho cacao. Bien distintos son los chocolates con leche, que son más suaves y por lo tanto maridan mejor con un vino tipo Merlot, Riesling o un Sauvignon Blanc. Así, vinos fuertes combinan a la perfección con los chocolates intensos y vinos más delicados se utilizan para fusionar con chocolates con leche ya que aquellos son también más dulces.
Los chocolates negros maridan especialmente bien con los vinos de Oporto; los chocolates con leche lo hacen mejor con un vino tipo Merlot, Riesling o un Sauvignon Blanc
Maridaje perfecto de vino y chocolate
La empresa de chocolates ChocoMe acaba de elaborar nueve creaciones diferentes de chocolate y, con la ayuda de un reconocido sommelier, ha elegido los vinos más adecuados para degustar los chocolates en compañía de un buen Merlot, Cabernet Franc, Pinot Noir, Syrah o Cabernet Sauvignon, entre otros excelentes caldos.
Así, un chocolate con 65,1 por ciento de chocolate negro con nuez moscada, arándano rojo y trozos de fresa se puede regar con un Tempranillo o sugerente cacao belga de chocolate blanco con pimienta blanca, ralladura de limón y pastillas de chocolate de lima se puede acompañar perfectamente de un Verdejo.
Para que el maridaje sea perfecto hay que coger un trozo de chocolate y dejar que se funda en la boca, lentamente. Apretarlo con la lengua al paladar, hacia arriba, empujándolo... Se forma un líquido que rellena la boca. Hay que dejarlo fundir lentamente en la boca, ver cómo evoluciona, beber un poco de vino y observar atentamente el resultado. Hay que tener en cuenta, además, que el chocolate negro, al tener más cacao, tarda más en fundirse en boca, el blanco tiene menos cacao y se funde antes.