Sin embargo, los actuales recursos y la producción de hoy en día no serán capaces de responder a esta demanda, por lo que hay que adoptar medidas desde ahora y una de ellas es reducir el consumo de carne. Por ello, expertos de una universidad finlandesa han realizado un estudio cuya conclusión más sorprendente es que si comemos menos carne el consumo global de agua también disminuirá, con lo que se asegurarán recursos hídricos sobre todo en zonas áridas que tienen problemas para acceder a este elemento natural.
Los expertos creen que la reducción de alimentos cárnicos es una de las medidas a adoptar
Según sus investigaciones, la producción de alimentos cárnicos requiere más cantidad de agua que los alimentos agrícolas. En cifras, el estudio concluye que comer menos carne facilitaría reducir un 21% el consumo de agua de lluvia a nivel global y un 14% el agua de riego, relacionado con una menor demanda de tierras de cultivo que cuidar para que los animales vivan en condiciones.
Un cambio radical a una dieta vegetariana podría garantizar el suministro de alimentos para 1.800.000 millones de personas sin necesidad de que los recursos hídricos se incrementaran, con lo que se solucionaría en gran parte el problema que desde ahora se ha detectado y que se presentará en toda su plenitud alrededor del año 2050.
Por este motivo, los expertos consideran que la reducción en nuestras dietas de alimentos cárnicos debiera ser una de las principales medidas a adoptar para hacer frente al reto de alimentar al mundo dentro de cuatro décadas.
Desperdicio de alimentos
Junto con esta norma, existen otras recomendaciones que evitarían el problema mayor que es la escasez de agua en el mundo, como la reducción del desperdicio de alimentos y la mejor gestión de los residuos que se generan en la cadena alimentaria.
Así, recientemente la FAO ya ha alertado de la insostenibilidad de desperdiciar enormes cantidades de comida, que cifra en hasta un tercio de la producción agrícola total. Según sus documentos, si las pérdidas y desperdicios alimentarios se redujeran a la mitad no sería necesario incrementar entre un 60% y un 70% la producción, tal y como se establece actualmente.
Con esta medida tan solo sería necesario un incremento del 25% que, junto con un menor consumo de carne, aliviaría en gran parte la escasez de agua y alimentos prevista para 2050.