La astenia primaveral puede ser combatida mediante la alimentación. La primavera conlleva un alargamiento de los días y un giro en lo meteorológico que, si bien no es muy brusco, tiene efectos en nuestro organismo. A estas alteraciones cabe añadir el cambio de hora, que exige un esfuerzo físico para adaptarnos a la nueva circunstancia. Todo ello provoca un debilitamiento general de nuestro cuerpo, que responde con síntomas de cansancio y apatía.
Pero si la primavera presenta problemas, también nos ofrece soluciones, sobre todo en el ámbito gastronómico. Esta época del año es de color verde, puesto que es el momento en el que las verduras, vegetales y frutas están en su apogeo y la variedad de especies nos hará dudar entre qué elegir.
La astenia primaveral puede ser combatida con una correcta alimentación
Además, estos productos alimentarios son de gran ayuda para luchar por fortalecer nuestro sistema inmune y luchar contra una deficiencia de vitamina C. Las propiedades de las verduras y vegetales son idóneas para enriquecer con nutrientes nuestro débil organismo, en un efecto que se intensificará si además añadimos las vitaminas y minerales de complementos dietéticos.
Así, una gran arma contra la astenia primaveral puede ser una sabrosa ensalada compuesta por lechugas de varios tipos, escarola, remolacha, endivias, espárragos, cebolla, pepino, ajo, zanahoria y tomate. Cuanta más variedad de hortalizas y verduras incluya la ensalada mayor es la riqueza nutritiva, y esto se traduce en mayor vitalidad y energía.
Desayuno fuerte
Otros consejos nada desdeñables se refieren a nuestras costumbres alimentarias. En este caso, debemos prestar atención al desayuno, que tiene que ser consistente y rico en pan y derivados, preferiblemente integrales. Los cereales aportan más fibra y nutrientes, a lo que podemos añadir las vitaminas, sobre todo la C, que nos aportan frutas como las fresas, ahora en temporada.
En cuanto a la cena, si bien durante todo el año es conveniente su frugalidad en esta época aún más, ya que se necesitan menos calorías porque comienzan a remitir las bajas temperaturas invernales.
Una dieta más comedida y abundante en verde y la ingesta de grandes cantidades de agua o infusiones nos permitirán sobreponernos al cambio de estación sin sufrir la temida astenia primaveral.