Tostada con atún

El pan integral con atún, un perfecto tentempié [Foto: Diariovasco.com]

Trucos

¿Cómo engañamos al apetito?

Son varios los alimentos que sirven para que nos entre hambre más tarde y no llegar con esa sensación de ansiedad a la mesa, aunque siempre depende también de la persona y su metabolismo.

diariovasco.com | 06/02/2013 |

Son muchas las personas que dicen que la pasta o el arroz, por ejemplo, les sacia en un principio pero a las pocas horas vuelven a tener hambre. Aunque esto no suceda en todas las personas, sí que tiene una razón: la absorción de los azúcares. Dependiendo de que ésta sea más o menos rápida, el hambre volverá a aparecer antes o después.

En función de lo rápida que sea la absorción de azúcares, el hambre volverá a aparecer antes o después

Así lo afirma un reciente estudio de la revista Consumer, en el que incluso se dan algunos trucos para engañar a nuestro apetito. Partiendo de esa base, la de la absorción del azúcar, se concluye que la consistencia de los alimentos (sólidos o salados), la forma de cocinarlos (una cocción más larga hace que los alimentos ricos en carbohidratos estén predigeridos, siendo de esta manera más rápida la absorción de sus azúcares), su densidad nutritiva o, lógicamente, la cantidad ingerida, son algunos de los elementos que afectan al grado de saciedad de un determinado alimento.

Además, los alimentos ricos en fibra, carbohidratos complejos, proteínas y agua tienen un mayor índice de saciedad, todo lo contrario a aquellos con un contenido alto en grasas y, por ello, con una menor capacidad para calmar el apetito.

Mirar qué comemos

Un buen truco puede ser comer alguna pieza de fruta lavada y con piel antes de las comidas principales, así como tomar una ensalada, una crema vegetal o un puré de verduras como entrante. La fibra hará que lleguemos al plato principal con la sensación de estar ya bastante ‘llenos’.

También puede ser una solución un pequeño bocadillo de pan integral con jamón serrano, atún o salmón, ya que aportan fibra y proteína. De hecho,  hay que incluir algo de proteína en cada comida principal por su capacidad para saciar, pero no por ello deben ser el pescado, la carne o los huevos el plato principal. Hay muchas alternativas que no siempre tenemos en cuenta.

En el terreno de los alimentos con una alta densidad nutritiva están las frutas desecadas y los frutos secos, bien como un pequeño aperitivo o bien como postre, acompañando a los cereales, por ejemplo.

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