Éstos son sólo algunos de los mitos más extendidos en nuestra sociedad, recogidos en un estudio por la Universidad de Murcia.
El agua engorda
Es imposible que lo haga porque no tiene calorías y, consecuentemente, no puede engordar, se tome el momento en el que se tome. Además, su ingesta es indispensable para una buena hidratación.
Hay que evitar los hidratos de carbono complejos
El pan, los cereales, la pasta o el arroz deben ser la fuente fundamental de energía de la dieta, por lo que se debe distribuir su consumo adecuadamente a lo largo del día. En caso de no ingerirlas, la sensación de ansiedad, sobre todo al final de la tarde, es mayor.
Existen frutas ‘comegrasa’
Esta etiqueta acompaña especialmente a la piña, el limón o el pomelo, que son frutas muy bajas en calorías, pero no por ello tienen ningún poder adelgazante demostrado. Lo que sí está demostrado es que son diuréticos y ricos en vitaminas y minerales.
La fruta en los postres engorda
La fruta aporta las mismas calorías antes y después de las comidas, pero sí es verdad que si se consumen antes, por su alto contenido en agua y fibra, producen un efecto saciante que provoca que se llegue con menos apetito a la comida.
Los productos integrales tienen un mayor contenido de fibra y minerales que los refinados, pero su contenido energético es similar
Todo lo ‘light’ adelgaza
Esta afirmación es rotundamente falsa, ya que el término ‘light’ indica que contiene al menos un 30% menos de calorías contenidas en el producto inicial, pero no por ello quiere decir que ese alimento o bebida no engorde o incluso adelgace.
Lo integral no engorda
Tienen un mayor contenido de fibra y minerales que los refinados, pero su contenido energético es similar. Lo que sí es verdad es que la fibra ayuda al control del peso por su fibra y su poder saciante. Además, al ser alimentos muy ricos en energía, deben controlarse su consumo.
Las vitaminas son necesarias, pero engordan
Doblemente falso. Las vitaminas no aportan energía y por ello no colaboran en el aumento del peso, al igual que con una dieta variada y equilibrada se satisfacen los requerimientos de vitaminas y minerales, haciendo que no sea necesario tomar suplementos de vitaminas.