espinacas como fuente de hierro

Las espinacas se pueden tomar también en una refrescante ensalada [Foto: diariovasco.com]

Verdura de temporada

¿Son las espinacas una fuente de hierro como pensamos?

Con febrero comienza la temporada de las espinacas, una verdura que, si se compra fresca, debe estar siempre tersa y verde, sin manchas

diariovasco.com | 05/02/2016 |

Durante muchos años se ha creído que las espinacas son una fuente de hierro. Y lo tienen, pero en cantidad inferior a otros vegetales. Popeye comía muchas espinacas que la proporcionaban una fuerza descomunal para enfrentarse a Brutus y salvar a Oliva. En Estados Unidos se unieron el hambre y las ganas de comer.

Las alubias o las berenjenas son una mejor fuente de hierro que las espinacas

Un dibujante introdujo la figura de Popeye en una tira cómica de un periódico y ganó mucha popularidad. Impulsó la creencia generalizada de que las espinacas tenían mucho hierro, algo que se aprovechó para combatir los altos porcentajes de anemia que existían.

Curiosamente, tienen más hierro las alubias, las berenjenas o la misma avena. Todo fue porque el científico alemán E. Von Wolf que estaba investigando las propiedades de esta planta, en el apartado del hierro colocó mal la coma entre los decimales, multiplicando por tanto por diez sus valores (p.e.: 3,02-30,2).

Se descubrió el error

El estudio se publicó en 1870 y hasta los años treinta del siglo siguiente no se descubrió el error, pero a nadie pareció importarle mucho. Sobre todo a las poblaciones y a las empresas que se dedicaban a cultivar y vender espinacas.

Ahora que poco a poco los días son más largos, los puestos de verdura van cambiando de productos y empiezan a entrar los primaverales. Por eso, es fácil encontrar espinacas frescas. Si las compramos, tienen que estar tersas y verdes, sin manchas. Sus tallos son más ricos en fibra y tienen numerosas vitaminas.

Culinariamente son muy sencillas. Otoño y primavera son las estaciones propicias para tomarlas frescas. El resto del año podemos comprar congeladas, que no pierden muchos nutrientes. Se pierden cuando las cocciones son excesivas y no se va a aprovechar el agua donde se están cocinando, como ocurre con otros vegetales.

Las hojas son un complemento magnífico para las ensaladas, además de colorista. Una vez hervidas, pueden ser protagonistas de tortillas, rehogadas simplemente, en cremas o purés. Y participan en un plato clásico de Cuaresma: garbanzos con espinacas y bacalao. Una joya gastronómica.

Las espinacas y la crema

No es lo mismo espinacas a la crema que crema de espinacas”, decían los cocineros Pedro Subijana y Lorenzo Cañas en un recetario publicado en 1994 por el diario de la cadena, La Rioja. Señalaban que una crema es un puré que al final se liga con una mezcla de yema, nata o mantequilla y que se sirve como sopa.

Diferenciaban para dar luego la receta de “Espinacas a la crema”, que es uno de los platos más sencillos de realizar, incluso para los profanos. Basta picar las espinacas, rehogar en mantequilla, sazonar, añadir nata y dejar unos diez minutos.