El estudio se centró en evaluar la progresión de miles de mujeres durante varios años para analizar en qué medida el consumo de pescado puede retrasar la aparición de la temida pérdida auditiva. Aunque los resultados obtenidos demuestran la existencia de esta relación, hay que tener en cuenta que la información todavía es limitada y lo más probable es que se complemente con nuevos estudios.

El tipo de pescado que se consuma no influye en el resultado

La pérdida de audición adquirida es una enfermedad crónica de alta prevalencia y con frecuencia discapacitante. Los médicos responsables del estudio consideraron necesario rechazar de modo empírico la idea de que esta enfermedad es inevitable y forma parte del proceso natural de envejecimiento de las personas.

Su objetivo consistía en identificar factores de riesgo potencialmente modificables que contribuyeran a retrasar o prevenir la pérdida auditiva, y las conclusiones a las que ha llegado su investigación parecen darles la razón.

La comparación entre mujeres que rara vez comen pescado y las que consumen dos o más porciones a la semana ha arrojado el resultado perseguido, puesto que estas últimas presentan un 20% menos de riesgo de pérdida de audición.

La razón se encuentra directamente relacionada con los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, presentes en esta especie animal. Según la investigación, su ingesta es beneficiosa para la salud, puesto que actúa sobre el organismo para que retrase la aparición de la temida sordera.

Todos los pescados

El tipo de pescado que se consuma no influye en el resultado. Tanto el blanco como el azul e incluso el marisco han demostrado ser igual de efectivos en la lucha contra la aparición de esta dolencia, dado que todos ellos contienen los ácidos grasos de cadena larga omega-3 claves para su prevención.

Los resultados de este estudio constituyen otra buena excusa más para incorporar a nuestra dieta el pescado, con beneficios que van más allá de la prevención de la pérdida auditiva. Sus pocas calorías nos permiten mantener nuestra línea y su aporte nutritivo es incuestionable, ya que contienen un mínimo de entre el 15 y el 20% de proteínas, además de ser muy fáciles de digerir.